La misionera valenciana Josefa Benavent Murillo de 72 años relató la importancia del testimonio cristiano al momento de transmitir el Evangelio en Marruecos, país donde desde hace años cuida a bebés abandonados por sus madres, en la mayoría de los casos por haberlos tenido cuando eran solteras, algo que no es bien aceptado en dicha sociedad.
Según informó la agencia AVAN, la religiosa de las Franciscanas Misioneras de María dijo que en muchos de los casos las mujeres dejan a sus hijos "por el temor de que las maten por haberlos tenido siendo solteras, algo que aquí, generalmente, no está bien aceptado". Entonces, ella alimenta, lava y viste a los bebés en el hospital de Errachidia, donde permanecen "hasta que son adoptados".
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La hermana Josefa ejerce la enfermería en el sistema sanitario de Marruecos desde hace 32 años, durante los cuales ha visitado y acompañado a enfermos. En ese sentido, destacó la importancia del testimonio cristianos, pues cuando "ven que les ayudamos de una manera gratuita eso les extraña en un primer momento y hace surgir un gran respeto por nosotras".
La misionera ha trabajado en leproserías y también se dedica a organizar conferencias sobre San Pablo, en el marco del Año Santo Paulino.
Sobre la relación con los musulmanes, explicó que "las personas con más formación cultural están informadas del diálogo interreligioso impulsado, por ejemplo, por el Papa, lo que les ayuda mucho a valorar a los católicos y facilita las relaciones entre las dos religiones en Marruecos".
"Muchos médicos, personal sanitario, enfermos y sus familias que he conocido en Marruecos me siguen llamando por teléfono para felicitarme en Navidad y Pascua porque saben que son mis fiestas cristianas, y yo también les llamo por sus fiestas musulmanas", relató.