El Arzobispo de La Plata, Mons. Héctor Aguer, señaló que es un engaño decir que para combatir la pobreza es necesario disminuir la población, pues, como afirmó el Papa Benedicto XVI, los datos demuestran que "la población aparece como una riqueza y no como un factor de pobreza".
Durante el programa Claves para un Mundo Mejor, el Prelado recordó parte del mensaje del Santo Padre para la reciente Jornada Mundial de la Paz, que señaló que "en 1981, aproximadamente el 40% de la población mundial estaba por debajo del umbral de la pobreza absoluta, mientras que hoy este porcentaje se ha reducido sustancialmente a la mitad y numerosas poblaciones caracterizadas por lo demás por un notable incremento demográfico han salido de la pobreza".
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
"Es decir –afirmó Mons. Aguer–, que no es necesario disminuir la población para que un pueblo entero pueda progresar económicamente, sino todo lo contrario. La historia de las naciones muestra que los apogeos de las grandes civilizaciones han coincidido con el máximo índice de natalidad".
En su mensaje, explicó el Arzobispo, el Papa señala cómo a menudo "se propone combatir la pobreza con campañas para reducir la natalidad", presentando al crecimiento demográfico como un fantasma, e inculcando la errónea idea de que "si nacen menos niños se podrá distribuir mejor la riqueza".
El Pontífice, indicó, advirtió que "el exterminio de millones de niños no nacidos en nombre de la lucha contra la pobreza es en realidad la eliminación de los seres humanos más pobres", pues "esto ocurre precisamente en aquellos países más afectados por la pobreza, pobrezas crónicas, endémicas".
En ese sentido, Mons. Aguer aplicó esta enseñanza al caso de la Argentina, el cual es "un país de casi tres millones de kilómetros cuadrados y con una población manifiestamente insuficiente y mal distribuida".
"Sin duda alguna que es necesario que exista una política de población pero ésta no consiste en reducir los nacimientos sino en ubicar mejor la población y para eso proponer un plan racional de desarrollo que cree fuentes de trabajo, que determine polos de desarrollo en distintos lugares del país hacia donde pueda conducirse naturalmente la población y, además, esto: que ocupemos nuestro territorio", explicó el Arzobispo.
Mons. Aguer señaló que combatir la pobreza para construir la paz "implica la necesidad de que nazcan más niños y no al revés donde se propone realizar una guerra contra los más pobres entre los pobres que son los niños por nacer".