Caritas ha denunciado la crítica situación de unas 3 mil personas de Zimbabwe que se encuentran en la frontera con Sudáfrica en un campo de refugiados en la localidad de Musina. Estas personas no tienen comida, refugio, protección, no se les quiere dar asilo y con frecuencia las mujeres son víctimas de abusos sexuales. Por ello, pide la solidaridad de quienes puedan ayudar.

Un representante de Caritas Sudáfrica, Aine Hughes, explica que "la situación de estas personas es horrenda. Las personas no son consideradas seres humanos. No hay refugio para nadie".

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"Las mujeres con las que he hablado, compartieron cómo se deben juntar por las noches para protegerse unas a otras, pero pese a ello son constantemente violadas, abusadas por su propia gente y las autoridades del campo que en teoría deben protegerlas", denuncia Hughes.

En opinión de Hughes, "la situación de estas personas de Zimbabwe es una contravención a todas las convenciones y principios para la asistencia humanitaria y debe ser atendida con carácter de urgencia".

Algunos grupos de ayuda ya han ofrecido carpas para los refugiados, pero el municipio de Musina ha rechazado la oferta.

Mientras tanto, la Iglesia Católica en esta localidad proporciona parcelas de alimentos a unas 260-270 personas todos los días, en las que incluyen a aproximadamente 100 personas nuevas. Para este proceso se necesitan unos seis mil 800 dólares semanales.

Más información: nicholson@caritas.va