El Director General de los Legionarios de Cristo, P. Álvaro Corcuera, envió una carta a los miembros de Regnum Christi, rama laica de esta institución, en la que señala que "estamos viviendo unos momentos de dolor y sufrimiento", tras las informaciones que hablan de algunas conductas inadecuadas de su fundador, el P. Marcel Maciel.
En el texto, el sacerdote expresa primeramente "todas sus oraciones y cercanía. Es una muestra del espíritu de familia con el que Dios nos ha bendecido en su infinita bondad. También les escribo para manifestarles mi más sincero y afectuoso apoyo, como un hermano que lo único que quiere es estar a su lado y unirnos en torno a Jesucristo, centro de nuestras vidas".
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"Estamos viviendo –prosigue– unos momentos de dolor y sufrimiento. Y, en este dolor, una experiencia del amor infinito de Dios, que nos pide seguir adelante con paz y bondad pues lo único que quiere en nuestras vidas es que experimentemos la felicidad de ser sus hijos. Por experiencia propia, cada vez que puedo estar con Ustedes, veo el amor de Dios que está en sus corazones, como espejo que ilumina las vidas de tantos hombres, y nos une entre nosotros como una sola familia".
"Yo sé que todos queremos actuar, como dice San Pablo, en la verdad. Como enseña San Agustín: 'Sólo la verdad triunfa' y añade 'La victoria de la verdad es la caridad' La caridad todo lo soporta, todo lo cree, todo lo espera, todo lo aguanta. Es el peso del amor lo que dará la respuesta que Él quiere para darnos paz a nuestras almas".
El P. Corcuera indica luego que "sobre la verdad, lo primero que vemos ante Cristo, es que Él es la Verdad, que nos lleva a ver todo desde Él. En este caso, sobre la persona de Nuestro Padre fundador, no puedo sino reconocer todo el bien que he recibido por medio de él. Muchas personas hemos recibido de Dios, a través del carisma que nos transmitió, lo que ha dado sentido a nuestras vidas: el amor a Jesucristo, a la Santísima Virgen, a la Iglesia, al Papa, a las almas. Estos son nuestros amores".
En lo personal, continúa el Director General de los Legionarios de Cristo, "le estoy agradecido por haber sido el instrumento de Dios por el que toda mi vida ha logrado un sentido, caminando hacia la salvación eterna, el camino hacia Dios. Para mí, esto es verdad y sería imposible tener palabras suficientes para agradecer".
"También es verdad que fue un hombre y que estos temas que nos han dolido, sorprendido –y que creo no podemos explicar con nuestro entendimiento– ya están en el juicio de Dios. Es verdad que hay mucho dolor y mucha pena. Como en una familia, estas penas nos unen y nos llevan a sufrir y gozar como un mismo cuerpo. Esta circunstancia que vivimos, nos invita a ver todo con mucha fe, humildad y caridad. Así la colocamos en las manos de Dios Nuestro Señor, que nos enseña el camino de la misericordia infinita".
El presbítero manifiesta luego que "no dudo en pedir perdón por todo este sufrimiento. Y suplico a Dios con todo mi ser que nos conceda a todos verlo desde el corazón de Jesucristo. La verdad, en la caridad, nos hace pensar, hablar y actuar como Jesucristo. Yo sé que en todo lo que yo pueda expresar, me quedaré muy corto, pero quisiera manifestarles toda mi cercanía, gratitud y oraciones, con la certeza de que 'para el que ama, todo contribuye al bien'".
La Santísima Virgen nos guía. Hace unos días fuimos a la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe. Ahí, con varios miembros del Movimiento, rezamos el Rosario. María nos acoge y sorprende con su amor, y nos vuelve a decir al corazón: 'Hijo, ¿no estoy aquí, que soy tu Madre? No te aflijas ni te entristezcas'.
Finalmente, el P. Corcuera asegura que sabe que "estas reflexiones son generales. Estas actitudes que he querido compartir con ustedes son la respuesta que quisiera que encontrásemos en nuestros corazones. Ver todo desde Él, ver hacia delante, no detenernos ni cansarnos de hacer el bien. Son tiempos de santidad, humildad, caridad y en todo, ser instrumentos de Dios para hacer el bien".