Ayer al mediodía, tres bombas lacrimógenas de mayor intensidad que las usadas en el ataque previo del pasado 19 de enero, fueron lanzadas al interior de la Nunciatura Apostólica en Venezuela. Esta cobarde agresión se perpetró mientras la Presidencia del Episcopado venezolano daba a conocer un comunicado en el que deploraba los destrozos cometidos por 15 desconocidos en la sinagoga de Caracas.
Según informa el Diario Católico de Venezuela, la Nunciatura Apostólica envió a su redacción un comunicado en el que explica que "dos personas motorizadas se acercaron a la sede de la Misión Diplomática y arrojaron tres bombas lacrimógenas, de las cuales dos cayeron y explotaron en la parte externa del recinto y la tercera que cayó y explotó en el patio interior de la sede diplomática".
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Asimismo, prosigue el texto, "las tres bombas, al explotar, emitieron gases muy tóxicos, que afectaron a las personas que se encontraban cerca del lugar, las cuales tuvieron que alejarse rápidamente para no sufrir las efectos nocivos de la nube tóxica".
Por ello, la Nunciatura expresó "su rechazo e indignación por estos hechos de violencia" y reiteró su llamado "a las competentes Autoridades para que tomen las medidas necesarias a fin de que sea garantizada la seguridad e incolumidad de la Misión Diplomática y de su Personal, así como lo establece la Convención de Viena del 18 de abril de 1961".
Hasta el momento y pese a la nota oficial de protesta enviada a Cancillería, la Nunciatura sigue sin protección, que debe ser otorgada por el Estado venezolano.
En declaraciones al Diario Católico, Tamara Sujú, abogada del joven Nixon Moreno, asilado en la Nunciatura por razones humanitarias, indicó que si bien este ataque no fue atribuido al grupo terrorista chavista "La Piedrita", sí se sabe que los responsables del mismo son "grupos paramilitares que actúan impunemente al cobijo del Gobierno".
Estas bombas, dijo la abogada, "fueron más fuertes que las anteriores. En esta oportunidad se sentían con mayor intensidad".
Asimismo, explica una religiosa que pidió no ser identificada, las bombas cayeron dentro de la Nunciatura cuando "todo el personal se encontraba trabajando, y Monseñor Giacinto Berloco (Nuncio en Venezuela) también resultó afectado".
Se espera ahora, explica el Diario Católico que el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas inicie las investigaciones para determinar responsabilidades.