En la Audiencia General de hoy celebrada en el Aula Pablo VI, con la que dio fin a las catequesis sobre San Pablo, el Papa Benedicto XVI destacó que "la figura de Pablo va más allá de su vida terrena y de su muerte porque nos ha dejado una extraordinaria herencia espiritual".
Tras explicar que "muy pronto sus cartas entran en la liturgia donde la estructura, profeta, apóstol, evangelio es decisiva para la forma de la liturgia de la Palabra", el Papa resaltó que "con esta presencia el Apóstol se hace alimento espiritual para los fieles de todos los tiempos".
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Su martirio, explicó Benedicto XVI, "se narra por primera vez en los 'Hechos de Pablo', escritos hacia el final del siglo II. Refieren que Nerón lo condenó a la decapitación inmediata. La fecha de la muerte varía en las fuentes antiguas que la colocan entre la persecución desencadenada por Nerón después del incendio de Roma en julio del 64 y el último año de su reino, el 68". La tradición narra que la decapitación tuvo lugar en el lugar conocido como "Tre Fontane" en Roma y que fue sepultado en la Via Ostiense donde hoy se encuentra la basílica de San Pablo Extramuros erigida sobre su tumba.
Seguidamente el Papa resaltó como "los Padres de la Iglesia y más tarde todos los teólogos se nutrieron de su espiritualidad. Por eso es desde hace siglos el maestro y el Apóstol de las Gentes. San Agustín se convirtió gracias a él. Santo Tomás de Aquino nos dejó un hermoso comentario a sus epístolas que representa el fruto más maduro de la exégesis medieval. Un momento decisivo fue la Reforma protestante en el siglo XVI" cuando Lutero "encontró una nueva interpretación de la doctrina paulina de la justificación que lo libró de escrúpulos y ansias y le dio una confianza nueva y radical en la bondad de Dios que perdona siempre sin condiciones todo. A partir de entonces Lutero identificó el legalismo judeocristiano, condenado por el apóstol, con el orden de vida de la Iglesia Católica y ésta se le presenta como esclava de la Ley a la que opone la libertad del Evangelio".
"El Concilio de Trento interpretó de forma muy profunda la cuestión de la justificación y encontró en la línea de toda la tradición católica la síntesis entre Ley, Evangelio en conformidad con el mensaje de la Escritura leída en su totalidad y unidad".
A continuación, el Papa indicó que "el siglo XIX, recogiendo la herencia mejor de la Ilustración, conoció un resurgir de los estudios paulinos en ámbito más científico, de interpretación histórico-crítica de la Sagrada Escritura. El nuevo paulinismo de ese siglo consideró central en el pensamiento del Apóstol el concepto de libertad y se habla de él casi como un nuevo fundador del cristianismo. Lo cierto es que en San Pablo la centralidad del Reino de Dios, determinante para Jesús, se transforma en la centralidad de la cristología cuyo punto decisivo es el misterio pascual del que se derivan los sacramentos del Bautismo y de la Eucaristía como presencia permanente de este misterio gracias al cual crece el Cuerpo de Cristo y se construye la Iglesia".
En los últimos 200 años, en el ámbito de la exégesis paulina, "crecen las convergencias entre exégesis católica y protestante y hoy se esbozan consensos precisamente en los puntos del máximo disenso histórico. Esto representa una gran esperanza para la causa del ecumenismo, fundamental para el Concilio Vaticano", prosiguió.
El Papa citó además los diversos movimientos religiosos surgidos en la Edad Moderna dentro de la Iglesia Católica inspirados por San Pablo "como en el siglo XVI 'la Congregación de San Pablo en el XIX los Misioneros de San Pablo en el XX la Familia Paulina o el Instituto Secular de la Compañía de San Pablo".
Finalmente, Benedicto XVI precisó que "ante nosotros se yergue la figura luminosa de un Apóstol y un pensador cristiano extremadamente fecundo y profundo al que todos podemos acercarnos beneficiosamente. Aproximarnos a su persona y a su doctrina, será por lo tanto un estímulo, y también una garantía para la consolidación de la identidad cristiana de cada uno de nosotros y para el rejuvenecimiento de la entera Iglesia".