El P. Federico Lombardi, Director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, comentó este sábado, a través de Radio Vaticano, la decisión del Papa Benedicto XVI de levantar la excomunión que pesaba sobre los cuatro obispos ordenados sin consentimiento de la Sede Apostólica por Mons. Marcel Lefebvre.
“La Semana de oración para la unidad de los cristianos se concluye con una hermosa noticia, que auguramos sea fuente de gozo en toda la Iglesia. El levantamiento de la excomunión de los cuatro obispos de la Fraternidad sacerdotal San Pío X es en efecto un paso fundamental para alcanzar la reconciliación definitiva con el movimiento iniciado y guiado por Mons. Marcel Lefebvre”.
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“Para comprender el significado de este paso -explicó el P. Lombardi-, vuelven inmediatamente a la mente las palabras del Papa Benedicto XVI en su carta de introducción al Motu Propio Summorum Pontificum del 7 de julio de 2007, cuando escribía que la mirada al pasado de las divisiones que en el curso de los siglos han lacerado el Cuerpo de Cristo hace pensar que con frecuencia las omisiones de la Iglesia han provocado la consolidación de las divisiones. Así, escribía el Papa: ‘tenemos la obligación de hacer todos los esfuerzos para que todos aquellos que verdaderamente tienen el deseo de la unidad, les sea posible permanecer en esta unidad o volver a encontrarla... Abramos generosamente nuestro corazón ...’”, citó el Portavoz de la Santa Sede.
“El Cardenal Ratzinger -prosiguió- fue protagonista de las relaciones con Mons. Lefebvre en 1988 y ya desde entonces había tratado de hacer todo lo posible para servir a la unión de la Iglesia. Entonces no fue suficiente y las consagraciones episcopales del 30 de junio de aquel año, realizadas sin mandato pontificio, crearon una situación de grave ruptura”.
“Pero la Comisión Ecclesia Dei, constituida por Juan Pablo II en aquella circunstancia, ha trabajado con paciencia para mantener abiertas las vías del diálogo y distintas comunidades unidas de diverso modo al movimiento Lefebvrista han podido ya, en el curso de los años, volver a recuperar la plena comunión con la Iglesia católica”, agregó.
Sin embargo, “la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, con cuatro obispos, seguía siendo, en todo caso, la comunidad más importante con la cual restablecer la comunión. Benedicto XVI ha manifestado de manera indudable su compromiso por hacer todo lo posible para alcanzar este objetivo. Recordemos naturalmente ante todo el Motu Proprio Summorum Pontificum sobre el rito para la celebración de la Misa, pero podemos también recordar el documento de la Congregación de la Doctrina de la Fe que esclarecía algunos puntos discutidos de la doctrina eclesiológica del Concilio Vaticano II, así como algunas grandes intervenciones sobre la correcta hermenéutica del mismo Concilio, en continuidad con la tradición".
“Todo esto –prosiguió el P. Lombardi– ha creado naturalmente un clima favorable, en el que los obispos de la Fraternidad San Pío X han pedido el levantamiento de la excomunión atestiguando explícitamente su voluntad de estar en la Iglesia Católica romana y de creer firmemente en el primado de Pedro”.
Por ellos, “es hermoso que el levantamiento de la excomunión tenga lugar en el inminente 50 aniversario del anuncio del Concilio Vaticano II, de manera que este evento fundamental no pueda ahora ser jamás considerado como un motivo de tensión; sino de comunión".
“El texto del decreto pone en evidencia que, de por sí, se está todavía en camino hacia la plena comunión, de la que el Santo Padre desea la solícita realización. Por ejemplo, aspectos como el estatuto de la Fraternidad y de los sacerdotes que pertenecen a ella no son definidos en el decreto publicado hoy”, agregó.