Miles de fieles y peregrinos se dieron cita este mediodía en la Plaza de San Pedro para rezar el Ángelus dominical con el Papa Benedicto XVI, quien al introducir la oración mariana, recordó que el verdadero cristiano debe siempre experimentar como necesidad el dar testimonio del amor de Cristo anunciándolo en primera persona.
“Como cristianos, no podemos no advertir la necesidad de transmitir el mensaje de amor de Jesús especialmente a cuantos no lo conocen o a cuantos se encuentra en situaciones difíciles y dolorosas”, dijo el Pontífice en el marco de la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, citando las diversas situaciones que estos afrontan.
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“En algunos casos, gracias a Dios, es serena e integrada; pero a veces, lamentablemente, es penosa, difícil y hasta dramática”; dijo el Papa; y resaltó que “la comunidad cristiana mira a toda persona y a toda familia con atención, y pide a san Pablo la fuerza de un renovador impulso para favorecer, en todo el mundo, la pacífica convivencia entre hombres y mujeres de etnias, culturas y religiones diversas”.
“El Apóstol –prosiguió– nos dice el secreto de su nueva vida: ‘Yo también he sido conquistado por Cristo Jesús’, a lo que agrega: ‘Haceos mis imitadores’. Cada uno de nosotros, según la propia vocación y ahí donde vive y trabaja, está llamado a testimoniar el Evangelio, con una atención particular por aquellos hermanos y hermanas de otros países que por diversos motivos han venido a vivir entre nosotros, valorando así el fenómeno de la migración como ocasión de encuentro entre civilizaciones”.
Finalmente el Papa hizo una invitación a rezar por “el Encuentro Mundial de las Familias y la semana de Oración por la Unidad de los Cristianos”. Seguidamente rezó el Ángelus, saludó a los presentes en distintos idiomas e impartió su Bendición Apostólica.