En una carta pastoral conjunta publicada con ocasión de la próxima fiesta de La Virgen de la Altagracia, Patrona de la nación, los Obispos de República Dominicana hicieron un urgente llamado a poner fin a los males morales públicos que afectan a la sociedad dominicana, especialmente la corrupción.
"La corrupción, el narcotráfico y la criminalidad son tres grandes males que afectan a la sociedad dominicana", dice la carta pastoral, titulada "Pablo, modelo de discípulo misionero", que destaca que en algunos sectores estas "obras de la carne se manifiestan de manera cruda y descarada".
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Los Obispos denuncian que la corrupción administrativa, la evasión fiscal y la indiferencia, se han enquistado en muchos ambientes, en los cuales "hay que hacer un claro y definido anuncio de un Cristo vivo, con un mensaje capaz de traer esperanza al mundo".
"Es necesario sembrar el mensaje de Cristo entre estos sectores y en la población urbana y rural, las familias y los jóvenes dominicanos e inmigrantes", dice el documento.
El Episcopado expresa además su preocupación por "la pérdida constante de valores morales debido a la gran promiscuidad sexual" promovida en muchos casos a través de los medios de comunicación. Al respecto, lamentaron el "quebranto progresivo de los valores morales y espirituales", que lleva a los dominicanos a promover una cultura "fundamentada en la codicia, la obtención de poder, el desenfreno sexual y el egoísmo".
Haciendo referencia al año jubilar Paulino, los Obispos concluyen el comunicado pidiendo a los católicos que "escuchen al Apóstol y aprendan de él", como "maestro de la fe y la verdad, en las que se arraigan las razones de la unidad entre los discípulos de Cristo".