En un informe dado a conocer esta semana por la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COCC), la organización de ayuda del Episcopado Cáritas distribuyó un volumen record de ayuda a los damnificados de los huracanes Ike y Gustav, enviada por entidades religiosas de Estados Unidos.
La ayuda incluyó, según el informe, alimentos, artículos de aseo y láminas de zinc para el techo de las viviendas. Las donaciones, que provinieron también de otras diócesis cubanas, se repartieron casa por casa, exceptuando medicinas, que fueron entregadas a hospitales y otras instituciones de salud.
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"En los 7 municipios afectados se ha ayudado alrededor de 4 mil familias con envíos realizados por las Cáritas diocesanas, obispados y comunidades cristianas del resto de Cuba", dice el informe.
La COCC señala que además, "con envíos procedentes de los Estados Unidos, se ayudó a 2 mil familias en Paso Real de San Diego, 1.085 en Taco Taco, 700 en Entronque de Herradura, y se entregaron 5.000 planchas de zinc para techos en Santa Cruz de los Pinos".
En este trabajo participaron "animadores de las comunidades cristianas junto a los de Cáritas diocesana, ayudados por delegados de circunscripción y trabajadores sociales". Los dos huracanes que golpearon sucesivamente a la Isla dejaron pérdidas por un valor superior a los 10 mil millones de dólares.