El Obispo dominicano de la diócesis fronteriza de Mao-Montecristi, Mons. Diómedes Antonio Espinal de León, exhortó al Director General de Migración, Mayor General José Aníbal Sanz Jiminián, a actuar humanitariamente con un grupo de más de 500 haitianos recientemente deportados.
Este grupo de haitianos se había refugiado en la Iglesia Nuestra Señora del Rosario, exigiendo al gobierno dominicano cumplir la promesa de poder regresar a sus trabajos de forma normal luego de visitar a sus familias por Navidad y las fiestas de fin de año. Pese a ello, fueron desalojados del templo y acusados de ilegales para luego deportarlos a Haití.
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Mons. Espinal de León cuestionó esta acción en declaraciones a la emisora católica Radio Marién de la provincia fronteriza de Dajabón. "En gran medida la agricultura de República Dominicana depende de la mano de obra haitiana. Mientras aparezca la mano ideal o los mecanismos tecnificados, Migración debe darle facilidades a los haitianos para que continúen trabajando en las fincas agrícolas de la Región", señaló el Prelado.
El Obispo pidió a Sanz Jiminián que permita a los haitianos trabajar en República Dominicana dándoles un trato justo, solicitud compartida por el Embajador haitiano en República Dominicana, Fritz Cinéas, quien comentó que "esos nacionales haitianos ya tenían sus contratos de trabajos en el país y se les había concedido un permiso para visitar a sus familiares con motivo de las fiestas navideñas y año nuevo".
En su opinión, lo que este grupo de haitianos estaba haciendo al volver era "reintegrarse a sus labores, pero fueron impedidos por las autoridades militares, Migración y del Cuerpo Especializado de Solidaridad Fronteriza".