Durante el Ángelus presidido con ocasión de la fiesta de la Epifanía del Señor, el Papa Benedicto XVI señaló que el "mundo" en sentido espiritual se sigue cerrando al misterio del amor de Jesús.
Al referirse a la reacción de Herodes, que permaneció "turbado" al igual que Jerusalén con la noticia del nacimiento del Mesías traído por los Reyes Magos, el Pontífice recordó que éste "es uno de los puntos cruciales de la teología de la historia: el drama del amor fiel de Dios en la persona de Jesús que ‘vino a los suyos, pero los suyos no le recibieron’ (Jn1, 11)’".
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"A la luz de la Biblia –prosiguió– esta actitud de hostilidad, ambigüedad o superficialidad representa la de todo hombre y la del mundo –en sentido espiritual–, cuando se cierra al misterio del verdadero amor, que nos viene al encuentro en la desarmante suavidad del amor. Jesús… es el Dios de la misericordia y de la fidelidad; Él quiere reinar en el amor y la verdad y nos pide convertirnos, abandonar las obras malvadas y recorrer decididamente el camino del bien".
"Dejémonos conquistar y transformar por Él, el ‘Emmanuel’, Dios venido entre nosotros para donarnos su paz y su amor", concluyó el Papa.