El Obispo de Tehuacán (Puebla), Mons. Rodrigo Aguilar Martínez, por la fiesta de la Virgen de Guadalupe en México y la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, señaló que María "nos ayuda y motiva a incrementar la vivencia del Adviento".
"Estas fiestas de la Virgen María no son paréntesis en el tiempo del Adviento, sino oportunidad para incrementar su espíritu, la preparación intensa a acoger a Jesús. María, Madre de la Esperanza, es Madre del Príncipe de la Paz", señaló el Prelado.
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Al reflexionar en torno al Misterio de su Inmaculada Concepción, Mons. Aguilar precisó que dicha celebración "es expresión de nuestra fe en ella, que estuvo libre del pecado original desde el primer instante que comenzó a gestarse en el vientre de su madre, santa Ana, gozando anticipadamente los beneficios de la redención de su Hijo, Jesucristo, y preparándose para ser digna morada suya".
Asimismo, al referirse a la Virgen del Tepeyac, el Prelado afirmó que "el máximo regalo de la Virgen María de Guadalupe es traernos y entregarnos a su Hijo Jesús".
"No es coincidencia que se haya aparecido a Juan Diego precisamente en diciembre, en el tiempo del Adviento, en la espera esperanzada de la Navidad".
Finalmente, Mons. Aguilar exhortó a los fieles a dejarse guiar por María de la Esperanza en este tiempo de Adviento; y a prepararse con un corazón transformado para esta Navidad.
"Crezcamos en la esperanza y, desde luego, en la capacidad eficaz de reconciliarnos, de perdonarnos. Disminuyamos las conductas de menosprecio y rechazo, aumentemos las muestras de cariño noble y sincero, especialmente con los más pequeños y débiles. María, Madre de la Esperanza, nos sostenga para transformar nuestro corazón egoísta en un corazón amable y bondadoso", concluyó.