Al presentar esta mañana en conferencia de prensa la instrucción "Dignitas personae": sobre algunas cuestiones de bioética, el Secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Mons. Luis Francisco Ladaria Ferrer, señaló que este documento "alienta a la investigación biomédica que respeta la dignidad de todos lo seres humanos y de la procreación".

Asimismo, el Arzobispo resaltó que la instrucción de 33 páginas presentada en inglés, francés, alemán, italiano, español, portugués y polaco, "excluye como éticamente ilícitas diversas tecnologías biomédicas y será probablemente acusado de contener demasiadas prohibiciones. Sin embargo, frente a esta posible acusación es necesario subrayar que la Iglesia siente el deber de hacer que se escuche la voz de los que carecen de ella".

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Seguidamente Mons. Ladaria precisó que el documento es fruto de un estudio que emprendió en 2002 la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre las nuevas cuestiones de bioética con el fin de actualizar la instrucción Donum vitae (1987) del mismo dicasterio. El documento, aprobado por el Papa, "forma parte del Magisterio ordinario del Sucesor de Pedro" y "es de naturaleza doctrinal".

Por su parte, el Presidente de la Pontificia Academia para la Vida, Mons. Rino Fisichella, señaló que la instrucción "trata de expresar la propia contribución autorizada en la formación de la conciencia no solo de los creyentes, sino de los que tratan de escuchar las argumentaciones que se presentan y debatirlas. Se trata de una intervención que forma parte de su misión y que debería ser escuchada no solo como legítima, sino también como debida en una sociedad pluralista, laica y democrática".

A su turno, Maria Luisa Di Pietro, Profesora asociada de Bioética de la Universidad Católica del Sagrado Corazón de Roma y Presidenta del la Asociación "Scienza e Vita", explicó que el documento considera "tres bienes fundamentales sobre los que se rige cada una de las decisiones" siendo el primero "el reconocimiento de la dignidad de persona a cada ser humano desde la concepción hasta la muerte natural, con la consiguiente subjetividad del derecho a la vida y a la integridad física" 

El segundo y el tercero son "la unidad del matrimonio, que conlleva el respeto recíproco del derecho de los cónyuges de convertirse en padre y madre solo uno a través de otro; y "los valores específicamente humanos de la sexualidad, que exigen que la procreación de una persona humana sea querida como el fruto del acto conyugal específico del amor entre los esposos".

El Presidente Emérito de la Pontificia Academia para la Vida; Mons. Elio Sgreccia, habló luego sobre la tercera parte del documento en la que se habla de las nuevas propuestas terapéuticas que comportan la manipulación del embrión o del patrimonio genético humano. 

"El texto resalta que es necesario tener en cuenta una distinción fundamental: la terapia genética teóricamente se puede aplicar a las células somáticas con finalidades directamente terapéuticas, o sobre las células germinales", indicó.

Por lo que respecta a estas últimas, "al no existir todavía una técnica segura, no es posible intervenir porque puede comportar el riesgo de malformaciones en el patrimonio genético hereditario, de las generaciones futuras", prosiguió. 

Finalmente Mons. Sgreccia afirmó "que es insostenible la distinción entre clonación reproductiva y clonación terapéutica, porque también la llamada terapéutica presupone siempre una reproducción".

Para leer la síntesis del documento puede ingresar a: http://www.aciprensa.com/Docum/documento.php?id=216