Al recibir esta mañana a los obispos de la Conferencia Episcopal de Taiwán en su visita ad limina, el Papa Benedicto XVI subrayó que los prelados y los fieles de este país "son un signo vivo de que, en una sociedad rectamente ordenada, no hay que tener miedo de ser un fiel católico y un buen ciudadano".

En su discurso, el Papa subrayó que "vuestros lazos apostólicos con el Sucesor de Pedro comportan una responsabilidad pastoral con la Iglesia universal. En vuestro caso, esto significa un interés amoroso por los católicos en tierra firme, por lo que rezo constantemente".

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Tras recordar que en sus oraciones pide "que, como parte de la gran familia católica china, sigáis unidos espiritualmente con vuestros hermanos del continente", Benedicto XVI subrayó que la celebración del 150 aniversario de la evangelización de Taiwán representa "una ocasión para manifestar todavía con mas fuerza la unidad entre vosotros y con nuestro Señor a la hora de promover el apostolado común de la Iglesia".

"Esa unidad de mente y corazón se pone de relieve con vuestro deseo de cooperar mas estrechamente en la difusión del Evangelio entre los no creyentes y en la formación de los que ya han entrado en la Iglesia mediante el Bautismo y la Confirmación. Veo con placer que seguís coordinando diversas instituciones con este fin, dando la debida importancia a la parroquia, el lugar primordial para la catequesis", añadió.

Seguidamente Benedicto XVI alentó a que la formación de los sacerdotes se elabore "tomando en consideración la diversidad de edades, condiciones de vida y tareas de vuestro clero" y pidió que los catequistas tengan "los recursos necesarios para poder seguir el ejemplo de Jesús y proclamar la verdad con claridad y de forma accesible a todos".

"Una catequesis eficaz hace mas sólidas a las familias que, a su vez, hacen nacer nuevas vocaciones. Los padres, pastores, maestros, lideres parroquiales y todos los miembros de la Iglesia deben proponer a los jóvenes la decisión radical de seguir a Cristo para que encontrándolo se encuentren consigo mismos", prosiguió.

Al comentar la Carta Pastoral del Episcopado de Taiwán titulada "Interés social y evangelización" en la que se resalta "la necesidad de la Iglesia de comprometerse activamente en la promoción de la vida familiar", el Papa precisó que "vuestro profundo interés por el bien de las familias y de la sociedad en conjunto os impulsa a ayudar a las parejas a defender la indisolubilidad de sus promesas matrimoniales. No os canséis de promover legislaciones y políticas civiles justas que protejan la sacralidad del matrimonio. Salvad este sacramento de todo lo que pueda perjudicarlo, sobre todo de la supresión de la vida en sus etapas mas frágiles".

El Santo Padre dijo luego que la Iglesia, que se interesa por los mas débiles, debe "prestar una atención especial a los inmigrantes. En diversas cartas pastorales, habéis indicado el papel esencial de la parroquia a la hora de prestar atención a los inmigrantes y de llamar la atención sobre sus necesidades".

"Veo con agrado que la Iglesia en Taiwán ha pedido leyes y políticas que protejan los derechos humanos de esas personas. Como sabéis, muchos de los que llegan a vuestras costas no solamente comparten la plenitud de la comunión católica, sino que llevan consigo la rica herencia cultural de sus lugares de origen. Os invito a seguir acogiéndolos con afecto para que reciban la asidua atención pastoral que les garantice su pertenencia a la 'familia de la fe'", precisó el Papa.