El Observador Permanente ante la sede de la ONU en Ginebra, Mons. Silvano Tomasi, precisó que la escuela debe ser "un lugar de formación integral por medio de relaciones interpersonales basadas en el respeto y la aceptación recíprocos".
En su intervención, dada a conocer hoy, en la 48º Conferencia Internacional sobre la Educación promovida por la UNESCO del 25 al 28 de noviembre, el Prelado afirmó que "en este sentido, la integración no es una ideología que reduce todas las diferencias y pierde de vista la situación de la persona concreta, su historia y sus experiencias, y esto debería ser el centro de cualquier programa educativo".
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Seguidamente Mons. Tomasi destacó que la educación para todos debe considerar "la exigencias de cada persona y en particular de los pobres y de los más vulnerables, de personas discapacitadas, de jóvenes que viven en zonas rurales y urbanas degradadas, de jóvenes y adultos sin ninguna discriminación".
"Los educadores deben ser conscientes de que desarrollan el propio servicio en colaboración con los padres, que son la primera 'agencia educativa' y tienen el derecho y el deber prioritarios de educar a sus hijos. Esta convergencia de esfuerzos es una aplicación evidente del principio fundamental de subsidiariedad", añadió.
El Prelado dijo además que "una educación integral comprende a todos los niños y los jóvenes en su contexto existencial y a todas las personas que se dedican a su formación, un proceso global que combina transmisión de conocimientos y desarrollo de la personalidad".
Finalmente resaltó que "en efecto, las cuestiones fundamentales que se plantean todas las personas tienen que ver con la búsqueda del sentido de la vida y de la historia, del cambio y de la disolución, del amor y de la trascendencia".