Los obispos chilenos, en visita ad limina en Roma, celebraron ayer el 30 aniversario de la mediación pontificia en el conflicto con Argentina por el Canal de Beagle, con una Eucaristía realizada en la iglesia Santa María de la Paz.
La Misa fue presidida por el Obispo de Rancagua y Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, Mons. Alejandro Goic, y concelebrada por el Arzobispo de Santiago, Cardenal Francisco Javier Errázuriz; y por Mons. Marcelo Sánchez Sorondo, Canciller de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales.
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En su homilía, Mons. Goic recordó como "Argentina y Chile, pueblos creyentes y llamados a ser hermanos vivían hace 30 años una controversia seria y difícil. Yo fui testigo de ello en mi ciudad natal, Punta Arenas, en el año 1978. Párroco de una populosa población de la ciudad, percibía la 'sicosis de guerra' que vivía el pueblo en todos los sectores y niveles. Sufría con el dolor de las madres y esposas que tenían a sus hijos y maridos en las trincheras de los límites fronterizos. Podía percibir sus dramas y sus angustias".
En ese contexto, se da la mediación pontificia "con el enviado de Juan Pablo II, el inolvidable, inteligente y venerado Cardenal Antonio Samoré, quien con sus colaboradores y ambas Cancillerías y la oración de dos pueblos creyentes y hermanos, lograron el don de la paz para Chile y Argentina".
Por su parte, el Arzobispo de Santiago, Cardenal Francisco Javier Errázuriz, comentó que "siempre uno llega a temblar pensando en lo que pude haber sido una guerra entre Argentina y Chile, la cantidad enorme de pérdidas de vidas humanas y, al mismo tiempo, la enemistad que crece entre los pueblos con ocasión de una guerra. Gracias a Dios después de ese tratado de amistad, de colaboración es otra la situación que surgió entre nuestros países y también nació una fraternidad que ni siquiera antes conocíamos gracias a la mediación del Papa".