Ante la ola de violencia que golpea a la República Democrática del Congo y que ya ha provocado numerosas víctimas, el Papa Benedicto XVI expresó su solidaridad y cercanía para ellos; al tiempo que alentó y bendijo a quienes están trabajando para "aliviar sus sufrimientos, entre los cuales están los operadores pastorales de esa Iglesia local".
Tras el rezo del Ángelus dominical, el Santo Padre resaltó que "siguen llegando noticias inquietantes de la región del Nord-Kivu, en la República Democrática del Congo. Sangrientos enfrentamientos armados y atrocidades sistemáticas han provocado y siguen provocando numerosas víctimas entre los civiles inocentes, destrucción, saqueos y violencia de todo tipo han hecho que decenas de miles de personas abandonen incluso lo poco que tenían para sobrevivir".
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El Pontífice manifestó que a "todos y cada uno de ellos deseo expresar mi particular cercanía, mientras aliento y bendigo a cuantos están trabajando para aliviar sus sufrimientos, entre los cuales menciono en particular a los operadores pastorales de esa Iglesia local".
"A las familias privadas de sus seres queridos hago llegar mis condolencias y les aseguro mi oración de sufragio. Finalmente, renuevo mi ferviente llamado para que todos colaboren en el respeto a la legalidad y sobre todo de la dignidad de toda persona", concluyó.