El objetivo del nuevo documento de la Congregación para la Educación Católica es lograr el adecuado discernimiento y formación de los candidatos al sacerdocio, dando a los formadores las herramientas necesarias para desarrollar un trabajo que es fundamentalmente espiritual y a los formandos el derecho al respeto de su propia intimidad, señaló esta mañana el P. Carlo Bresciani, psicólogo y consultor del Dicasterio, durante la presentación del documento "Orientaciones para el uso de las competencias psicológicas en la admisión y formación de los candidatos al sacerdocio".
Según el experto, el documento presentado esta mañana por el Prefecto de la Congregación, Cardenal Zenon Grocholewski, y el Secretario de la misma, Mons. Jean-Louis Bruguès, O.P., recoge los aportes de un texto de 1974, "Orientaciones Educativas para la formación del Celibato Sacerdotal", que reconocía que "los errores de discernimiento de las vocaciones no son raros, y demasiadas ineptitudes psíquicas, más o menos patológicas, se manifiestan solo después de la ordenación sacerdotal". El discernirlas a tiempo permitirá evitar tantos dramas".
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El P. Bresciani sintetizó los cinco puntos fundamentales que desarrolla el texto:
La tutela de la intimidad persona y de la buena fama del candidato.
La necesidad de que, si se constata alguna realidad que requiere de terapia durante la fase de discernimiento inicial del candidato, ésta se debe realizar antes de la admisión al Seminario o a la Casa de formación.
Los superiores del fuero externo sólo pueden acceder a los resultados de la consulta psicológica después del libre consentimiento escrito del candidato, con el único objetivo de un mejor discernimiento y formación. Se añade una prohibición "precisa y vinculante" de hacer cualquier otro uso.
Es posible que también el Padre espiritual pida al candidato una consulta psicológica, sin jamás imponerla, con el fin de proceder con mayor seguridad en el discernimiento y acompañamiento espiritual.
La condición para readmitir al Seminario al candidato sometido a una terapia es que él mismo informe a los nuevos formadores sobre la consulta psicológica efectuada, quienes deberán verificar con precisión su condición psíquica obteniendo la debida información con el consentimiento escrito del candidato.
Según explicó el P. Bresciani a modo de conclusión: "con estas orientaciones la Iglesia, lejos de querer confiar al psicólogo la formación al sacerdocio, que sigue siendo esencialmente de naturaleza espiritual, busca valorizar lo que las ciencias humanas, y psicológicas en particular, pueden dar como contribución a la preparación de sacerdotes con personalidades humanamente equilibradas".
La Iglesia manifiesta estima por las disciplinas psicológicas, pero al mismo tiempo busca disciplinar su uso de modo que resulte verdaderamente provechoso" concluyó.