Al recibir este lunes a los participantes en el Congreso Nacional de la Sociedad Italiana de Cirugía que están discutiendo el tema: "Por una cirugía que respete al enfermo", el Papa Benedicto XVI pidió a los médicos considerar siempre la dignidad del paciente como una prioridad.
Tras poner de relieve que en el pasado solo era posible aliviar el sufrimiento de los enfermos, mientras que hoy, gracias al desarrollo de la ciencia y de la técnica, es posible curarlos, el Santo Padre llamó la atención frente al riesgo de "abandonar al paciente en el momento en que se advierte la imposibilidad de obtener resultados apreciables".
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Benedicto XVI subrayó que a pesar de que no se pueda llegar a curar al enfermo, "se puede aliviar su sufrimiento", ya que "cada paciente tiene una dignidad que se ha que respetar y que constituye el fundamento ineludible de toda actuación médica. El respeto de la dignidad humana exige el respeto incondicional de cada ser humano, nacido o no nacido, sano o enfermo, independientemente de la situación en que se halle".
El Papa se refirió a la importancia para el médico de descubrir "las modalidades de comunicación más adecuadas al propio paciente", de modo que "aun respetando la verdad de los hechos, se sostenga la esperanza, elemento esencial del contexto terapéutico".
"El paciente quiere que se le escuche y no solo que se le someta a diagnósticos sofisticados".
"Es innegable –continuó– que se deba respetar la autodeterminación del paciente, sin olvidar sin embargo que la exaltación individualista de la autonomía termina por llevar a una lectura no real, y seguramente empobrecida, de la realidad humana. Por otra parte, la responsabilidad profesional del médico le debe llevar a proponer un tratamiento cuyo fin sea el verdadero bien del paciente, consciente de que su competencia específica le capacita normalmente para valorar la situación mejor que el paciente mismo".
Benedicto XVI concluyó haciendo hincapié en la necesidad de "promover el sentido de responsabilidad de los familiares en relación con sus parientes enfermos: es un elemento importante para evitar una ulterior alienación que éstos sufren casi inevitablemente si son sometidos a una medicina en la que predomina la tecnología y no se cuida suficientemente la relación humana".