El Secretario de Estado Vaticano, Cardenal Tarcisio Bertone, destacó la actualidad y el carácter profético de la encíclica de Pablo VI Humanae Vitae a 40 años de su publicación; en la que el Papa Montini explicaba la doctrina de la Iglesia sobre la sexualidad humana y denunciaba los diversos ataques contra ésta.
En un artículo publicado en L'Osservatore Romano en el que se recoge la homilía del Cardenal Bertone pronunciada el pasado sábado 4 de octubre en la Misa para los participantes del Congreso sobre la Humanae Vitae, el Purpurado indica que sería reductivo relegar esta encíclica "como con frecuencia no pocos hacen, cerrándose a las críticas a priori que aparecen en la opinión pública, poniendo en segundo lugar la enseñanza sobre el verdadero valor y sentido de la inviolabilidad de la vida del hombre, hoy manipulada y frecuentemente pisoteada".
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Asimismo, el Cardenal Bertone explicó que "solo a partir del proyecto amoroso de Dios el acto conyugal puede tener sentido pleno. Es decir que naturalmente presupone el respeto y la acogida de la vida, y no una actitud de posesión egoísta. La vocación del hombre, creado a imagen y semejanza de Dios, se realiza en plenitud solo en el don de sí a Dios y al prójimo".
Al hablar después de la necesidad de respetar la vida desde la concepción hasta la muerte natural, el Secretario de Estado dijo que "es el amor auténtico el que genera y nutre la vida. Por esto es importante hacer emerger la belleza de la vida concebida y vivida como don de amor. Esto hace parte de nuestra vocación: como cristianos estamos llamados a hacernos cargo libremente de la esperanza y de los sufrimientos de la existencia humana".
Tras advertir que existe una tendencia actual a rechazar el proyecto de Dios y a considerar la vida del no nacido como un obstáculo a la libertad personal, el Purpurado precisó que Pablo VI "cuando emanó la encíclica Humanae vitae, tenía bien presente esta situación y advertía del gran deber de defender la nobleza del amor conyugal. En particular, sentía como indispensable afirmar el carácter sagrado de la vida humana, como elemento imprescindible para la promoción y el respeto de la persona en el servicio a la verdad de la fe".
Finalmente señaló que "la paternidad responsable es un asunto de valor y amor. Los recursos humanos podrían no ser suficientes, por eso la Iglesia no se cansa de invitar a acudir a la ayuda divina. Seguir la ley de Dios, parecería a primera vista oneroso, pero no es así".