Tras culminar las Jornadas por la Defensa de la Vida y la Familia organizada por la Conferencia Episcopal Paraguaya, los obispos reunidos emitieron un comunicado en el que afirmaron la cooperación de la sexualidad humana con el misterio divino y expresaron su rechazo frente a las políticas "contra la vida humana naciente".
Después de señalar la cooperación de la sexualidad humana con el misterio divino "en tanto comunidad única de amor varón-mujer que a través de su entrega mutua fecunda encarna y reitera el milagro-don de la gestación de cada uno de los nuevos seres humanos" los obispos de Paraguay condenaron "los intentos de instrumentar en nuestra Patria políticas anti-natura que en menos de cien años se ha cobrado ya más de 800 millones de vidas inocentes e indefensas".
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Los obispos recalcaron además que "frente a quienes en nombre del progreso sólo nos ofrecen el viejo mensaje del egoísmo criminal afirmamos nuestro compromiso de trabajar para la dignificación y elevación de nuestro noble pueblo paraguayo, difundiendo una auténtica y sólida cultura de la vida, libre de toda malsana influencia".
Asimismo, "para afianzar y consolidar esta cultura de la vida" los obispos paraguayos propusieron cinco lineamientos en los que señalaron el desarrollo de "una auténtica educación en el amor"; que la familia sea "la primera educadora" y formadora de los hijos; que los niños sean los "únicos privilegiados en nuestra sociedad"; que las políticas de salud tengan como objetivo "curar y promover el bienestar integral de las personas"; y que toda política educativa y los programas que se implementen "tengan como objetivo una verdadera formación integral".