El Arzobispo de París, Cardenal André Vingt-Trois, destacó que la visita del Papa Benedicto XVI a Francia con ocasión del 150 aniversario de las apariciones de la Virgen de Lourdes, servirá para mostrar que el Evangelio es una fuerza transformadora para el mundo.
En un artículo publicado en L'Osservatore Romano, el Purpurado francés indica que la Iglesia en Francia enfrenta algunos desafíos como el crecimiento del budismo y el islamismo, así como el descenso de vocaciones religiosas y sacerdotales. Ante esta situación, comenta, "la visita Apostólica de Benedicto XVI será un momento importante en el camino de nuestra Iglesia. Operará en tres direcciones, inseparables una de la otra. Primero que nada será un gran testimonio de fe cristiana a través de las distintas celebraciones presididas por el Papa. Él no viene para tener reuniones. Viene para celebrar la fe en Cristo Resucitado".
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"A este testimonio estarán asociadas las multitudes que se congregarán en torno a él, e incluso los fieles más o menos dudosos que verán con los ojos que, incluso hoy, el Evangelio es una fuerza para nuestro mundo", añade.
Además la visita del Papa "será un momento de comunión intensa con los obispos franceses, no solo en las celebraciones en las que participarán en la única liturgia de la Iglesia, sino también en el encuentro que nos unirá en el diálogo", dijo luego el Arzobispo.
El Cardenal Vingt- Trois señala luego que en medio del contexto laicista que se vive Francia, el mensaje de esperanza del Evangelio "se opone a la tentación del fatalismo: la humanidad no se desarma ante los riesgos que corre. Su mensaje de amor se opone a la ley de 'cada uno con lo suyo' e invita a desarrollar la solidaridad en nuestro país, como en las relaciones con países de fuerte inmigración".
Asimismo, el Purpurado precisa que el mensaje de verdad del Evangelio se opone también "a la ilusión de que todas las opiniones son equivalentes y que no existe modo de elegir entre las concepciones de la vida que se sustentan o se contraponen. La pasión que expresa por la dignidad del hombre se opone a todas las formas de instrumentalización del ser humano y a todos los ataques a su dignidad desde la concepción hasta la muerte natural".
"Esta palabra de verdad, amor y esperanza la hemos recibido de nuestra tradición cristiana. Toca a nosotros asegurar su puesta en práctica y transmisión a las generaciones futuras", agrega.
Por ello, exhorta el Cardenal, "para nosotros ha llegado el tiempo de 'responder a cualquier que pregunte por la razón de la esperanza que hay en vosotros'. No es momento de refugiarse en una contra-cultura protectora. Es el momento de responder a las aspiraciones de nuestros contemporáneos y anunciarles la Buena Nueva en la que creemos".