El Arzobispo de San José, Mons. Hugo Barrantes Ureña, hizo un llamado a los legisladores de Costa Rica que estudian la legalización de las uniones entre personas del mismo sexo, a defender la institución matrimonial y no ir "contra la recta razón".
Mons. Barrantes compareció ante la Comisión de Internacionales de la Asamblea Legislativa que tramita el proyecto titulado "Ley de unión civil entre personas del mismo sexo".
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En su alocución advirtió que "la legalización de las uniones de personas homosexuales estaría destinada a obscurecer la percepción general de valores morales fundamentales y provocaría la desvalorización de la institución matrimonial".
El Arzobispo propuso "desde la doctrina de la Iglesia, algunos elementos que iluminen la discusión sobre el tema del reconocimiento jurídico de las uniones entre personas homosexuales".
En este sentido, precisó que "la Iglesia Católica considera que toda persona humana, creada a imagen de Dios, es digna de todo respeto, y rechaza toda discriminación contraria a la dignidad de la persona. Así, la Iglesia distingue entre el respeto a toda persona, independientemente, de su orientación sexual, y el rechazo al acto sexual homosexual, como acto objetivamente contrario al plan de Dios para el ser humano".
También recordó que "los legisladores civiles no pueden ni deben legislar contra la recta razón, pues de hacerlo, la norma que emiten perdería la fuerza de obligar en conciencia".
El Arzobispo aclaró que "la Iglesia valora favorablemente el matrimonio institución natural, más allá de cualquier simple unión de personas, como fundamento de la familia. Esta institución natural es reconocida por las grandes culturas de la humanidad, como una verdad puesta en evidencia por la recta razón, basada en la complementariedad antropológica de los sexos".
"Esta verdad natural, se ve notablemente enriquecida por la revelación cristiana, la cual nos transmite el dato de la dignidad de la persona humana: varón y mujer, la sexualidad del ser humano más allá de solamente su esfera biológica, pues el ser humano es un ser con cuerpo y alma, y el matrimonio como forma de vida, en la que se vive la comunión personal", indicó.
Asimismo, recordó que a favor de las uniones homosexuales "se invocan argumentos como el principio de respeto y la no-discriminación de las personas" pero precisó que "atribuir el reconocimiento de matrimonio a una relación de personas homosexuales ó bien otorgar prerrogativas y derechos idénticos a éste, es en sí mismo una injusticia mayor, pues se vulnera el bien común de la comunidad social".
El Arzobispo recordó a los congresistas, particularmente a los católicos, que "como Iglesia, vemos en la familia un valor importantísimo, que tiene que ser defendido de todo ataque orientado a socavar su solidez y a poner en tela de juicio su misma existencia. Por lo que les insto a consagrarse con sinceridad, rectitud, con caridad y fortaleza a la misión a ustedes confiada por el Pueblo, a saber, legislar sobre la base de los principios éticos y en beneficio del bien común".