En la homilía de la Misa por el 30 aniversario del fallecimiento de Pablo VI, el Secretario de Estado Vaticano, Cardenal Tarcisio Bertone, recordó que el Papa Montini amaba "profundamente a la humanidad, y hacía concreto este amor en su constante esfuerzo por ayudarla a encontrar en Cristo la luz de la verdad y el valor de la vida".
Así lo expresó en la Eucaristía celebrada en la Catedral de Brescia, el pasado sábado 6 de septiembre, según informa L'Osservatore Romano.
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El Purpurado también indicó que "a la luz del Señor resucitado y transfigurado" Pablo VI "se esforzó por entender al hombre, su deseo en la vida, su sed de felicidad y la experiencia del propio límite existencial, se obligó a comprender no solo al hombre personalmente sino también a la humanidad en su conjunto, en una época difícil, pero como él solía decir, fascinante por los miles de desafíos que la interpelaban, y que aún ahora siguen interpelando, a los creyentes y hombres de buena voluntad".
"En el Papa Montini se advertía la preocupación constante de ser guía para el pueblo cristianos, con frecuencia seducido por el mundo y condicionado por las amenazas de tantos enemigos de Cristo. Pastor generoso e iluminado, paciente y prudente, recto en la verdad y pronto al diálogo, supo mantener derecho el timón de la Barca de Pedro".
Al hablar luego del amor a Dios y los hermanos de Pablo VI, el Secretario de Estado indicó que "esta profunda actitud del corazón que está en la base de todo auténtico gesto humano" también se puede "considerar como la nota característica de su entero pontificado".
Los años del post Concilio, dijo luego el Cardenal, fueron tal vez signados "con la percepción de no ser comprendido, pero fueron también años de intensa fidelidad a la Iglesia y a la dedicación por la humanidad".
"Mientras rezamos para que este amado Pontífice pueda ser pronto venerado como Beato, pedimos al Señor que conceda también a nosotros vivir fieles a nuestra vocación y comprender en la fe que todo es gracia: la vida, la muerte, el presente, el futuro. Que nos conceda Dios ser, como fue el Papa Montini, testimonio de la alegría cristiana y proclamar con la vida que somos de Cristo y que Cristo es Dios", concluyó.