El Papa Benedicto XVI señaló en la Audiencia General de hoy que el Cristianismo no es una nueva filosofía ni una nueva moral; y que la conversión del cristiano solo puede explicarse en el encuentro de la persona concreta con Jesucristo; y no a través de categorías psicológicas.
En el Aula Pablo VI del Vaticano, el Santo Padre dedicó la audiencia de hoy a la conversión del Apóstol de Gentes y explicó que el Cristianismo "no es una nueva filosofía, una nueva moral; solo somos cristianos si encontramos a Cristo" como lo hizo San Pablo.
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El Pontífice comentó luego que al referirse al hecho que marcó su vida camino a Damasco, "San Pablo no designó sin embargo este evento como una conversión. ¿Por qué? Existen muchas hipótesis, pero creo que el motivo es muy claro: esta transformación de su vida no fue fruto de un proceso psicológico, de una maduración o una evolución intelectual y moral sino fruto del encuentro con Cristo Jesús".
"Esta renovación de Pablo no se puede explicar de otro modo; los análisis psicológicos no pueden aclarar y resolver el problema; solo el evento, el encuentro fuerte con Cristo, es la clave para entender qué sucedió", precisó el Papa.
Para entender lo que sucedió con el Apóstol mientras se dirigía a Damasco, "tenemos dos tipos de fuentes", explicó Benedicto XVI. "La primera y más popular son los tres relatos de San Lucas en los Hechos de los Apóstoles, en los que narra lo acaecido".
Sin embargo, precisó, los detalles a los que hace referencia el evangelista: la luz del cielo, la caída a tierra, la ceguera, "se refieren al centro del acontecimiento: Cristo Resucitado aparece como una luz espléndida que habla a Saulo, transforma su pensamiento, su misma vida".
"El centro de la narración de San Lucas es este encuentro con Cristo que cambió profundamente la vida de San Pablo y en este sentido se puede y se debe hablar realmente de una conversión".
Benedicto XVI afirmó que "el segundo tipo de fuente son las mismas cartas de San Pablo", que "nunca habló sobre los detalles de este evento, porque quizá pensaba que todos conocían su historia esencial, todos sabían que se había transformado de perseguidor en Apóstol ferviente de Cristo, fruto no de una propia reflexión, sino de un evento fuerte, un encuentro con el Resucitado".
El Papa dijo luego que en algunos de sus escritos, el Apóstol relata "que la aparición del Resucitado –de la que también él es un verdadero testigo– es el fundamento de su apostolado" y de "su nueva vida".
Dirigiéndose a los miles de peregrinos presentes en el Aula Pablo VI, Benedicto XVI señaló además que aunque Cristo "no se muestre a nosotros de ese modo irresistible y luminoso como a Pablo para hacerlo apóstol de todas las gentes", también podemos encontrarlo "en la lectura de la Sagrada Escritura, en la oración, en la vida litúrgica de la Iglesia, tocar el corazón de Cristo y sentir que Cristo toca nuestro corazón. Y solo en esta relación personal con Cristo, solo en este encuentro con el Resucitado, somos realmente cristianos".