El Secretario de la Comisión Bíblica Católica de Pakistán y Párroco en Lahore, P. Emmanuel Asi, explicó que los cristianos en ese país viven "atemorizados y en constante amenaza", pues son considerados el estrato social más bajo, son perseguidos, explotados laboralmente y discriminados; en una nación con más del 95 por ciento de musulmanes. Pese a todas las dificultades, explica el sacerdote, aún viven la esperanza.
El P. Asi se refirió a esta alarmante situación en comunicación con la organización católica internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN). Puso como ejemplo el caso de una niña "cristiana de trece años de edad fue secuestrada y violada por un musulmán. El Párroco asegura que hechos como éste se repiten continuamente".
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"Para evitar el castigo, los hombres afirman que la mujer violada es musulmana, se casan con ella y, al poco tiempo, la repudian. Nadie puede hacer nada, porque los 'maridos' presionan y amenazan de muerte a las víctimas hasta el punto de hacerlas declarar ante el juez y en presencia de sus propios padres que se han convertido al Islam. De esta forma, un hombre musulmán puede secuestrar y violar a cualquier mujer sin temor a ser condenado", explica el sacerdote a AIN.
El presbítero dijo también que laboralmente los cristianos son explotados por los latifundistas quienes los someten a "una forma de esclavitud". No perciben un salario mensual, sino que en el mejor de los casos se les da una pequeña retribución tras la cosecha.
Asimismo, "los cristianos suelen ser objeto de una fuerte discriminación a la hora de buscar trabajo y acceder a colegios y universidades, porque un nombre cristiano basta para rechazar una solicitud. También ante la ley, los cristianos son ciudadanos de segunda clase".
Pese a todo viven la esperanza
Sin embargo, explica el P. Emmanuel Asi asegura que los paquistaníes que profesan la fe en Cristo están "orgullosos y contentos de ser cristianos" pues entienden su fe como "un don y una gran bendición", aunque su vida esté marcada por "el dolor, el miedo y la frustración".
"De los primeros cristianos sabemos que la persecución y la opresión fueron decisivas a la hora de difundir y profundizar en la fe, y esa es también nuestra experiencia en Pakistán", precisa.
Además, destaca como positivo el efecto del testimonio de los cristianos en los musulmanes, pues éstos perciben que "los cristianos son diferentes". Las mujeres, por ejemplo, se sienten atraídas por la "libertad y alegría" que irradian las cristianas, porque "pueden acudir junto a los hombres a la iglesia" y "pueden cantar en el coro".
El P. Asi dice que la presencia de las religiosas representa un "extraordinario testimonio" y que a muchas niñas musulmanas les gustaría ir a un colegio católico. La Iglesia en Pakistán promueve la formación de la mujer y organiza numerosos grupos femeninos que, a su vez, invitan a mujeres musulmanas. El sacerdote alberga la esperanza de que sean precisamente las mujeres quienes induzcan a un cambio en la sociedad.