El primer sacerdote de la tribu de los Mangyan en Filipinas, P. Gabayno Oybad, compartió su experiencia con otros jóvenes en un congreso vocacional. En el evento explicó que fue en medio de la pobreza que vivía que descubrió su vocación al sacerdocio. Por ello alentó a quienes descubren este llamado a superar los obstáculos confiados en la gracia de Dios.
La agencia UCANews dio a conocer este alentador testimonio del P. Oybad, quien tiene actualmente 36 años y solo uno de sacerdote. En el Congreso Vocacional de Calapan, realizado el pasado 16 de agosto relató detalles de su infancia, cuando veía a las religiosas y sacerdotes dirigir escuelas, clínicas y programas de desarrollo comunales en las montañas orientales de la Isla de Mindoro, en la localidad de Mansalay; ciudad ubicada a unos 230 kilómetros al sureste de Manila.
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El ahora sacerdote recuerda que de niño se sentía "temeroso" de quienes no pertenecían a su tribu, hasta que vio como las religiosas "trabajaban incansablemente día y noche" ayudando a los mangyan. Esta experiencia lo hizo pensar en el tipo de vida que debía llevar en adelante y frecuentar algunas campañas vocacionales, hasta que en 1980 ingresó a un seminario menor.
"Fue en la pobreza en donde encontré mi vocación", dijo el presbítero a una audiencia de casi 400 jóvenes provenientes de 15 escuelas locales.
Por su parte, en dialogo posterior con UCANews, el Obispo de Iba, Mons. Florentino Lavarias, comentó sobre la relación entre los candidatos al sacerdocio y la pobreza que "al principio uno se sentirá dubitativo, pero si realmente se está llamado, Dios dará las gracias para responder a la vocación".