El Arzobispo de Cuttack-Bhubaneswar, Mons. Raphael Cheenath, explicó que "nosotros los cristianos, especialmente los católicos, somos perseguidos sobre todo por nuestro esfuerzo social en favor de los pobres", al referirse a los recientes ataques de los extremistas hindúes contra los católicos en la India y al actual clima de violencia, especialmente en la región de Orissa, a la que pertenece el Prelado.
En diálogo con L'Osservatore Romano, Mons. Cheenath indicó además que "nosotros los católicos no hemos hecho nunca proselitismo pero siempre hemos dado un buen ejemplo en las obras asistenciales. Pienso que para estos personajes (los extremistas hindúes) que soplan el fuego, nuestra aproximación caritativa es una culpa imperdonable".
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El Arzobispo relata luego cómo los problemas actuales se remontan a finales de diciembre de 2007 e inicios de enero de 2008. "En ese entonces la rabia de los extremistas se plasmaba en la destrucción de los bienes de los católicos, ahora es un ataque directo contra las personas. El número de las víctimas no es todavía definitivo. He recibido noticias sobre cinco víctimas y numerosos heridos, algunos graves. Ruego a Dios que todo esto termine pronto y se vuelva a la razón", exhortó.
El Prelado indio dijo luego que "no es necesario pero es justo decir que se usa el pretexto pseudo-religios para asuntos de carácter político. Los católicos en Orissa son una pequeña comunidad, cerca del uno por ciento de la población. Nuestros fieles apoyan todos una convivencia pacífica con los que pertenecen a otros credos y tienen, cuando es posible, buenas relaciones con los vecinos hindúes".
Al referirse luego al orfanato de Panampur, en el distrito de Bargarh, en donde perdió la vida una "misionera laica llamada Rajnie Majhie, la joven colaboradora que ayudaba al Padre Eduard Sequera y otras hermanas en la cura de los pequeños", el Arzobispo indicó que ya ha "hablado con Monseñor Babu. Me ha relatado que la joven misionera laica murió por haberse quedado dentro del edificio ya en llamas mientras todos los demás fugaban. Probablemente su celo la hizo asegurarse de que todos los pequeños salieran efectivamente".
"Los niños y algunas hermanas probablemente se escondieron en las plantaciones vecinas. Sin embargo no puedo decir nada preciso sobre su suerte. Ruego a Dios para que proteja a estas víctimas inocentes", expresó Mons. Cheenath.
Al hablar luego de la suerte del Centro Pastoral de la Diócesis que dirige, explicó que el director del mismo, el Padre Thomas, "seguramente ha fugado para huir de la multitud de fanáticos hindúes reunidos fuera del edificio para prenderle fuego. He conversado con él telefónicamente. Me ha descrito con palabras de angustia los eventos. Le he recomendado rezar intensamente y ponerse a salvo".
"Por lo que sé, el centro pastoral ha sufrido daños gravísimos, tal vez irremediables. Esta era una obra que costó muchos sacrificios a los fieles y a mi diócesis. Estábamos muy orgullos de ella", manifestó.