La Hermanitas de los Ancianos Desamparados en Chissano (Mozambique) acogieron en su albergue en la localidad a una joven africana de 25 años llamada Olivia, quien pese a no estar bautizada en ese entonces y por carecer de piernas gateaba cuatro kilómetros todos los domingos para poder participar de la Misa.
Las religiosas cuentan que un día vieron "a lo lejos que algo se movía serpeando" y cuando ya estuvo cerca pudieron comprobar "para nuestra sorpresa, que era una joven", según informa la agencia AVAN.
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"Pudimos entablar conversación con ella a través de una señora que pasaba por allí y que nos traducía al portugués lo que ella nos relataba" en su dialecto, agregan.
Asimismo, precisan que aunque "la arena del camino le quemaba las palmas de las manos en la época más calurosa del año", la joven acudía gateando a la Eucaristía, "dando un testimonio de superación y de fe heroico".
La joven recibió la preparación para el bautismo a través de un catequista, quien acudía periódicamente a su domicilio. Luego de ser bautizada recientemente, uno de los benefactores de las religiosas donó una silla de ruedas para Olivia.
Las Hermanitas de los Ancianos Desamparados en Chissano son una fundación que partió el año pasado desde Valencia, y se unieron el martes 26 de agosto a las celebraciones por la festividad de su fundadora Santa Teresa de Jesús Jornet en los hogares para ancianos que tienen en diversos lugares del mundo.