El Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Cardenal Juan Luis Cipriani, señaló que la mentira es la base de la violencia y que es la verdad la que debe primar en los diálogos, y no la ideología.
"Conversar sin interesarse por el resultado de la verdad es, entonces, quien miente con más habilidad. En las opiniones sobre temas políticos, económicos y culturales lo primero de todo es que la verdad tiene que estar encima de la mesa, no la ideología", expresó el Purpurado durante el programa radial Diálogos de Fe.
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El Arzobispo señaló que "es necesario ese diálogo en que la verdad y el bien común sean el tema de conversación y que los técnicos den los elementos para conversar". Añadió que los grandes actores sociales del país, como el Estado, el empresariado y la fuerza laboral, tienen actualmente un gran desafío
"Hoy se habla mucho de democracia, inclusión y de diálogo, pero hay que quitarse las caretas y que cada uno realmente sostenga: si cree en el diálogo, que lo ejerza; si cree en la democracia, que la viva; si cree en la libre discusión de las ideas, que respete y también exponga las suyas; y así, seremos el país que queremos ser", expresó.
El Cardenal Cipriani dijo que "es una pena contemplar de pronto cómo el país se encrespa y empieza a haber una situación un poco sorprendente". El Purpurado advirtió que los afectados de toda esta situación "son nuestras familias, nuestros amigos, nuestra realidad y territorio, es la estima por este país y el deseo de superación".
Asimismo, alentó a recurrir a la Doctrina Social de la Iglesia. Indicó que no solo debe buscarse el rendimiento económico, sino también "qué beneficio trae al desarrollo de la zona desde el punto de vista social. Aquí hablamos de escuelas, hospitales, desarrollo humano, comunicación y una serie de aspectos que van a hacer la vida más humana; y al mismo tiempo, van a respetar el ámbito cultural de las personas".
En ese sentido, advirtió que cuando el mercado se limita a la ganancia económica, corre peligro el hombre mismo. Indicó que "es perfectamente compatible un buen nivel económico, una buena situación social; y al mismo tiempo, un cuidado de una calidad de vida".
Asimismo, explicó que la Iglesia no debe ponerse de un lado o de otro en los conflictos sociales, pues no es su rol. "El rol de la Iglesia debe quedarse en iluminar a través de los principios que ayuden a los que sienten que tienen la fe católica, que la experiencia de dos mil años lleva a la Iglesia a conformar la Doctrina Social que procura el bien común en una sociedad", indicó.
Por otro lado, durante una Misa por los 200 años del nacimiento de Mons. Bartolomé Herrera, el Purpurado llamó a trabajar por el perdón, pues "un mundo sin perdón es inhumano, y es uno de los problemas que hoy atraviesa la humanidad".
En ese sentido, invitó a los católicos a meditar "en el diálogo con Jesús". "Eso se logra si cada día tienes unos minutos de silencio en el que le dices, ¿qué quieres de mí Señor?", afirmó.