El Arzobispo de Buenos Aires, Cardenal Jorge Mario Bergoglio, aseguró que para que la nueva evangelización sea fructífera "tenemos, que habituarnos al infatigable esfuerzo del discernimiento comunitario que nos ayude a despojarnos de todo aquello que haga lento, viejo y pesado nuestro ser discípulos misioneros".
"Necesitamos de la experiencia fundante de una fe sencilla, que se hace vida y cultura", destacó el Purpurado en una reciente Eucaristía por el día del catequista.
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En ese sentido, recordó la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Aparecida y señaló que todos "fuimos conducidos al ‘Santuario’ para que la experiencia de la fe de nuestro pueblo fortaleciera nuestras rodillas vacilantes, para que la crisis de nuestras respuestas y recetas ayudasen a forjar el auténtico discípulo que, conciente de no tener las respuestas, se acerca con mirada humilde al único Maestro y escucha con atención sus palabras".
Tras agradecer a Dios por "la entrega de sus vidas y por el don de este ministerio eclesial" (de la catequesis), el Cardenal Bergoglio hizo referencia a un documento que escribió hace un tiempo donde da algunas "pistas a tener en cuenta para asumir nuevas actitudes y formas de evangelización" como el vivir "la pasión por el Reino como centro de la vida y acción eclesial", pues la Iglesia "evangeliza y es evangelizada constantemente desde el anuncio del Kerigma".
También precisaba que esto solo se "sostiene por la Palabra y apunta al encuentro con Jesús que lleva al cambio personal y a la creación de certezas profundas que iluminan tanto la vida personal como social".
El Purpurado finalizó su homilía rogando a San Pablo que "nos ayude a no achicarnos para que podamos hacerle frente a esta encrucijada de la historia con la misma audacia y fervor misionero de aquél que anunció el evangelio como necesidad imperiosa, no para gloria suya, sino como fruto de una misión que se le había confiado".