En una entrevista concedida a Radio La Luna, el Presidente Rafael Correa atacó explícitamente a los obispos ecuatorianos acusándolos de clavarle "una puñalada por la espalda" al no apoyar su polémico proyecto de Constitución.
Correa acusó a la Conferencia Episcopal Ecuatoriana de haber protagonizado "una de las decepciones más grandes" de su gobierno porque según arguye, la Iglesia participó activamente con sus propuestas en el proceso de redacción del texto constitucional, que hoy es cuestionado por abrir la puerta a ataques contra la vida y la familia.
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"Yo lo considero una puñalada por la espalda", indicó Correa y aseguró que ha atendido "el 80 por ciento de los pedidos" de la Iglesia pero "no pusimos textualmente lo que ellos querían en la parte de la concepción" y por eso "ahora dicen que la Constitución es abortista".
Correa declaró que antes de los cuestionamientos de los obispos, se jactaba ante Hugo Chávez, Luis Ignacio Lula Da Silva, y Néstor Kirchner, de ser "el único gobernante de izquierda en América Latina que se llevaba muy bien con la cúpula de la Iglesia".
Ante los furibundos ataques de Correa, los obispos ecuatorianos han reiterado su postura con firmeza y hace unos días ratificaron unánimemente sus cuestionamientos al polémico proyecto de Constitución por no garantizar el derecho a la vida desde la concepción, atentar contra la familia y el derecho de los padres a educar a sus hijos según sus propias convicciones.
Los obispos recordaron al pueblo ecuatoriano que es competencia de la Iglesia hacer oír su voz allí donde se atenta contra el ser humano, y reiteraron "la plena e incontestable libertad que asiste al clero para predicar, exponer y defender la doctrina dogmática y moral católica".
El proyecto de Constitución impulsado por Correa será sometido a referéndum el próximo 28 de septiembre.