Muchos estudiantes de inglés deciden escribir sus tesis sobre novelas, sin embargo Sarah Moran de la Universidad Regis de Denver decidió viajar al lejano país africano de Namibia para recolectar información de primera mano sobre la respuesta de la Iglesia Católica al SIDA, tema al que dedicará su trabajo final.
Moran llegó a Windhoek, capital de Namibia, y realizó un voluntariado de un mes en Catholic AIDS Action (CAA), una organización católica fundada en 1998 para combatir la difusión del SIDA en el país.
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La universitaria pudo colaborar en las tareas de educación y prevención que CAA realiza en Katatura, un suburbio de Windhoek. Aquí, CAA cuida de los niños ofreciéndoles alimento, vestido y esparcimiento. Los asisten para que practiquen música, deportes, lectura y computación.
"En vez de poner un parche sobre el problema, tratan de combatirlo desde su raíz", sostiene Moran. Mientras muchos programas sobre el SIDA se limitan a ofrecer preservativos, CAA se esfuerza por ayudar a los infectados y les ofrece además la posibilidad de "conocer el amor de Dios".
El centro también dedica grandes esfuerzos a la prevención, trabajando para que los niños sean conscientes del SIDA y de los cambios de conducta necesarios para prevenir el contagio.
En las sesiones con los jóvenes se discuten las características de las relaciones y tienen la oportunidad de conocer la importancia "de la abstinencia sexual y la fidelidad en relaciones monógamas".
Moran, que regresó hace un mes a Estados Unidos asombrada por el trabajo de la Iglesia en Namibia, espera regresar pronto y dedicar un año al trabajo voluntario con los niños de Namibia.