La Sala de Prensa de la Santa Sede dio a conocer las respuestas completas a las preguntas que los sacerdotes de Bolzano-Bressanone le hicieran al Papa Benedicto XVI. Entre los temas tratados, el Santo Padre se refiere a la forma en la que estos deben afrontar las tensiones propias de su ministerio; así como al asunto de conferir los sacramentos de la Primera Comunión y la Confirmación cuando no hay plena conciencia de lo solicitado.
Al reunirse con el clero de la Diócesis de Bolzano-Bressanone en la Catedral local, el Papa Benedicto XVI aseguró que ante las tensiones que experimentan los sacerdotes en su ministerio, es necesario considerar "dos aspectos fundamentales" para responder a la cuestión: "de un lado, la insustituibilidad del sacerdote" que "está completamente dedicado al Señor y por lo mismo totalmente dedicado al hombre", su "significado y el modo del ministerio sacerdotal hoy; y de otro lado –y esto hoy resalta más– la multiplicidad de carismas y el hecho que todos juntos son Iglesia".
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Luego de explicar que es necesario mostrarle a los jóvenes que como sacerdotes se puede "servir de modo importante a los hermanos", el Papa resaltó que el celibato solamente tiene sentido "si creemos verdaderamente en la vida eterna y si creemos que Dios nos ayuda".
Asimismo, precisó que ante la gran cantidad de actividades que debe realizar un sacerdote, "es importante tener el coraje de limitarse y la claridad al decidir las prioridades", porque la más importante de todas ellas en la "existencia sacerdotal es estar con el Señor y por ello tener tiempo para la oración".
A partir de la oración, precisa el Papa, todo sacerdote debe "aprender a ver que cosa es verdaderamente esencial, donde se necesita mi presencia de sacerdote y no puedo delegar a nadie. Y al mismo tiempo debo aceptar humildemente cuando muchas cosas que tendría que hacer y donde se exigiría mi presencia no se pueden realizar porque reconozco mis límites. Creo que tal humildad será comprendida por la gente".
"Y con esto debo entender otro aspecto: saber delegar, llamar a las personas a la colaboración", indicó.
Al comentar luego la lejanía física que experimentan con frecuencia los sacerdotes, Benedicto XVI recordó que estos servidores de Dios son "una verdadera comunidad de hermanos que deben sostenerse y ayudarse" para evitar el peligro del "aislamiento, en la soledad, con sus tristezas por lo que es importante encontrarnos regularmente".
"Ningún sacerdote es un sacerdote solo, somos un presbiterio y solo en esta comunión con el Obispo cada uno puede realizar su servicio", añadió el Papa.
Catequesis para sacramentos
Al responder luego a otra pregunta sobre qué hacer con los niños y jóvenes que solicitan la Primera Comunión y la Confirmación cuando parece que no van a perseverar en la fe luego de recibido el sacramento, Benedicto XVI relató que "cuando era más joven era más severo. Decía: los sacramentos son los sacramentos de la fe, y por lo tanto donde no hay fe, no hay praxis de fe, entonces el sacramento no puede ser conferido. Y luego discutía eso cuando era Arzobispo de Munich con mis párrocos. (…) Con el transcurso del tiempo he entendido que debemos seguir siempre el ejemplo del Señor, que era muy abierto también con las personas al margen de Israel de aquel tiempo, era un Señor de la misericordia, bastante abierto –según muchas autoridades oficiales– con los pecadores, acogiéndolos o dejándose acoger en sus cenas, atrayéndoles a sí en su comunión".
"Si podemos atisbar siquiera una pequeña flama de deseo de la comunión en la Iglesia, un deseo también de estos niños que quieren entrar en comunión con Jesús, me parece que es justo ser más amplio. Naturalmente, cierto, debe ser un aspectos de nuestra catequesis hacer entender que la Comunión, la Primera Comunión, no es un hecho 'puntual', sino que exige una continuidad de amistad con Jesús, un camino con Jesús", prosiguió.
"En este sentido debemos naturalmente hacer lo posible en el contexto de la preparación a los sacramentos, para llegar también a los padres y así abrirles también la sensibilidad a ellos en el camino que realizan los niños. Deberían ayudar a sus hijos a seguir el propio deseo de entrar en amistad con Jesús, que es forma de la vida, del futuro", alentó el Santo Padre.
"Si los padres tienen el deseo de que sus hijos hagan la Primera Comunión, este deseo suyo, con frecuencia social, debería extenderse a un deseo religioso, para hacer posible un camino hacia Jesús", dijo el Papa.