El Obispo de Santander (España), Mons. Vicente Jiménez, señaló que los días de descanso del verano deben ser dedicados a cultivar y enriquecer el espíritu y no sólo a descansar o distraerse.
El Prelado, cuya diócesis se ubica frente a las costas del mar Cantábrico por lo que atrae a numerosos turistas, escribió una carta pastoral invitando a los católico a aprovechar los días de descanso en la región "para el cultivo del espíritu, la contemplación de la naturaleza y la práctica de la vida familiar".
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Las vacaciones "son necesarias y reconfortantes porque encierran muchos valores; es conveniente interrumpir las ocupaciones habituales e incluso salir del ambiente en el que se desarrolla la vida cotidiana", dijo Mons. Jiménez.
Destacó sin embargo, que en este período, "se deberían de cuidar más los momentos de interioridad, de reflexión personal, de oración, de silencio y de escucha"; ya que "las múltiples ocupaciones y afanes de la vida ordinaria y del trabajo, con frecuencia, no nos dejan espacio para algo tan fundamental como es el silencio interior".
"La gente de hoy apenas tiene tiempo para pensar y meditar con calma y sin prisas. Vivimos en una sociedad agitada y sin sosiego, que nos hace perder la capacidad de prestar atención a las necesidades del prójimo e, incluso, la capacidad de encontrarnos a solas con nosotros mismos y con Dios", dice el Obispo en la carta; y concluye: "por eso es muy recomendable el retiro o los ejercicios espirituales, la visita a santuarios y otras actividades que ayuden al silencio exterior y a la escucha interior".