El Prefecto de la Congregación para los Obispos, Cardenal Giovanni Battista Re, presidió la Misa por los 30 años del fallecimiento del Papa Pablo VI, en la Basílica de San Pedro, en la que recordó el "magisterio profético", el testimonio y el fecundo legado del Papa Montini.
En su homilía publicada por L'Osservatore Romano, el Purpurado recordó que Pablo VI falleció en la Solemnidad de la Transfiguración; fecha que coincidía además con la de la publicación de su primera encíclica, Ecclesiam Suam, en 1964 y que signó "la fecha de su muerte también".
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Seguidamente explicó que el Papa escogió el nombre de Pablo, porque como él mismo dijo en su homilía inauguración de su pontificado en 1963: era el Apóstol "que supremamente amó a Cristo, que en sumo grado deseó y se esforzó por llevar el Evangelio de Cristo a todas las gentes, que por amor a Cristo ofreció su vida".
Tras resaltar el profundo amor del Papa Montini a Cristo, a María y a la Iglesia, el Cardenal Re subrayó el "magisterio profético" del Santo Padre; que "vivió y proclamó la fe con incansable solicitud y con valor en la defensa de la integridad y la pureza. Aprovechó todas las oportunidades para dar a conocer la Palabra de Dios y el pensamiento de la Iglesia".
El Prefecto señaló luego que cuando Pablo VI fue elegido a la Sede de Pedro, "eran años difíciles para el magisterio y para el gobierno de la Iglesia: los años de la contestación. Y Pablo VI debía regir con firmeza el timón de la barca y con valerosa fuerza se esforzó en la defensa del depósito de la fe".
"En 1967, en ocasión del 19 centenario del martirio de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, decretó el Año de la Fe, que concluyó pronunciado en 1968 el Credo del Pueblo de Dios, en el que dirigió a los teólogos y a la Iglesia entera los puntos fundamentales de los que no es lícito alejarse y reafirmó solemnemente la verdad fundamental del cristianismo".
Humanae Vitae y el diálogo con el mundo
Luego de explicar que del magisterio de Pablo VI, el texto "más ásperamente criticado y contestado, y al mismo tiempo más sufrido, y que particularmente mostraba la grandeza de aquel Pontífice, es la encíclica Humanae Vitae, de la cual se recuerda este año su 40 aniversario", el Cardenal Re resaltó que para el Papa "se trató de una elección difícil y sufrida. Sabía de las oposiciones que se vendrían, pero no fugó de sus responsabilidades. Hizo estudiar y estudió personalmente y a fondo, el problema y luego tuvo el valor de decidir, entendiendo bien que iba contra la cultura dominante y contra lo que esperaba la opinión pública".
"Se trataba de una ley divina, escrita por la mano creadora de Dios en la misma naturaleza de la persona humana y el Papa no podía cambiarla sino solo interpretarla", precisó el Purpurado.
"En un mundo pobre de amor y lleno de problemas y violencia, él (Pablo VI) trabajó por instaurar una civilización inspirada en el amor, en el que la solidaridad y el amor estén allí en donde la justicia social no podía llegar", dijo luego el Cardenal y añadió que "la civilización del amor que debe construirse en los corazones y las conciencias fue para el Papa Montini más que una idea o un proyecto, fue la guía el esfuerzo de toda su vida".
Seguidamente el Cardenal Re recordó como Pablo VI fue el primer Papa en llegar a Palestina; el primero que renunció a llevar la tiara como símbolo de que la autoridad del Santo Padre "no debe confundirse con un poder de tipo político-humano", y como también fue el primero de los pontífices en dirigirse a la ONU adonde llevó el mensaje del Evangelio de Cristo de amor y paz.
Tras agradecer a Dios por el testimonio de amor y entrega del Papa Montini, el Cardenal hizo votos para que "la Virgen, que Pablo VI amó tiernamente y a la que proclamó 'Madre de la Iglesia', interceda para que la luz de las enseñanzas y el testimonio de Pablo VI siga iluminando el camino de la Iglesia y la sociedad".