41 personas que son hijos ‘número 10’ de sus respectivas familias numerosas se reunieron en julio en Buenos Aires, Argentina, para rendir homenaje a Santa Gianna Beretta Molla, estableciendo "un record de Guinness" católico.
El evento, motivado por el semanario católico argentino "Cristo Hoy" –uno de los de más amplia circulación en América Latina– atrajo la atención de la prensa por el poderoso mensaje de amor a la familia y a la vida trasmitido por los participantes de la inusual reunión.
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"Cristo Hoy" conversó con Mariano y Luz de las Carreras, responsables de la reunión de 41 hijos décimos; quienes relataron que la idea surgió "de casualidad", cuando Mariano alzó a una niña, Cecilia, número 10, y "pensó que alguna vez podría juntar los ‘número 10’ en una foto porque sería algo curioso y porque, además, sus experiencias serían muy parecidas".
Así, los esposos comenzaron a convocar a través de conocidos con una frase de Juan Pablo II como lema; "Dios Padre Celestial parece decir a toda la Creación: ‘Es bueno que tú existas’".
La reunión fue concebida entonces "como una gran acción de gracias a Dios Padre, en primer lugar, y a nuestros propios padres, en segundo término, porque si no se hubieran animado a tener una familia grande, ¡todos esos décimos no hubieran estado allí presentes!", relatan los esposos de las Carreras a "Cristo Hoy".
Mariano y Luz relataron al semanario que por el hecho de ser hijo de una familia numerosa "se aprende, casi necesariamente, a compartir, a esperar, a tolerar la frustración y postergar la gratificación, actitudes tan necesarias hoy en día ¡y tan mencionadas por los psicólogos!; a valorar cada vida humana como un precioso regalo de Dios Padre; a aprender que con poco uno se puede conformar, porque lo importante y necesario no es lo que el mundo te ofrece como imprescindible, sino la presencia del que tienes al lado".
Los esposos señalaron, sin embargo, que "hoy es cada vez mayor el miedo a no poder dar lo imprescindible desde lo material. El mundo rechaza a las familias numerosas y a veces son muy atacadas, como si fueran una ‘gran locura’. Pero los que se deciden a armar una familia grande necesariamente tienen puesta su mirada en lo Alto, creyendo que es más valiosa la existencia de un nuevo miembro y el hecho de poder darle un hermano a los otros hijos, que lo material que no pudieran llegar a tener".
"En el mundo hay mucho miedo al hijo, por motivos diversos, pero teñidos quizás de cierto egoísmo, pues en la cultura posmoderna en que vivimos el placer es priorizado sobre el valor de la vida y, obviamente, tener un hijo implica responsabilidades que necesariamente deben postergar nuestros propios intereses momentáneos", agregaron.
Sin embargo, Mariano y Luz destacaron que "no hay gratificación laborar ni personal que compense la alegría de ser colaborador de la obra creadora de Dios".
Ambos reconocieron que es difícil "encontrar el tiempo para atender a cada uno personalmente, sin masificar, diferenciar a cada uno sin generalizar. No hay recetas y suponemos que cada familia sigue su propio estilo, pero se debe priorizar el tiempo de la familia y para estar en familia".
"El secreto –señalaron– radica en vivir cada día como si fuera el único. Obviamente, cada etapa de la vida tiene sus características, y a veces no se puede decir en algunos momentos ‘soy feliz’, pero a la larga uno evalúa que son mayores los beneficios en todo sentido que las carencias que se pueden haber sufrido".
"¿Cómo hacen para educar bien en la fe a tantos hijos?", pregunta "Cristo Hoy". Y los esposos de las Carreras responden: "Reconociendo que como padres y personas individuales todavía hay mucho por mejorar y aprender. Se dice que uno educa con el ejemplo, ¡pero a veces somos tan mal ejemplo! De todos modos debemos hacer hincapié en la oración en familia y en la participación de la Eucaristía. La Madre Teresa decía que una familia que reza unida permanece unida… Hay que sacarle el tiempo a otras cosas, pero no debe faltar la oración en familia".