El Arzobispo de Rosario (Argentina), Mons. José Luis Mollaghan, señaló que todos los párrocos deben imitar y tener como modelo al santo Cura de Ars, "primero por su confianza en Dios en las inmensas dificultades que tuvo que superar para llegar a ordenarse de presbítero; después por su ardor y constancia en la catequesis y en su ministerio en el confesionario".
Con ocasión de celebrarse el Día del párroco y la fiesta de San Juan María Vianney (el Cura de Ars); el Prelado precisó que a semejanza del santo, los sacerdotes deben vivir la esperanza que "nos hace mirar no solo al futuro, sino al presente, en el que necesitamos cambiar, corregir, mejorar, confiar; en un diálogo profundo con Dios, y también particularmente con nuestros hermanos sacerdotes".
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Asimismo, recordó la necesidad el diálogo entre sacerdotes es "cercanía y compañía; es vida fraterna" y la "forma de vivir nuestra vida sacerdotal, particularmente cuando en la parroquia podemos vivir junto a otro hermano sacerdote" pues "nos acerca a la pedagogía del Señor, que nos acompaña siempre en el camino, y nos hace gustar la espiritualidad del sacerdote diocesano".
"No estamos solos. La espiritualidad sacerdotal nos hermana profundamente, aun cuando estemos en diversos ministerios, y nos exige hacer visible esta realidad que brota del sacramento mismo, en la presencia, en el compartir, y en la ayuda mutua", aseguró Mons. Mollaghan.
En otro momento, destacó la necesidad que tiene la Iglesia de "presbíteros-discípulos: que tengan una profunda experiencia de Dios, configurados con el corazón del Buen Pastor".
También, dijo, se necesitan "presbíteros-misioneros, presbíteros-servidores de la vida, que estén atentos a las necesidades de los más pobres, comprometidos en la defensa de los derechos de los más débiles y promotores de la cultura de la solidaridad".
"Ojalá podamos imitar la entrega de este santo cura" (de Ars), sobre todo en ser "presbíteros llenos de misericordia, disponibles para administrar el sacramento de la reconciliación", finalizó el Arzobispo.