La Santa Sede, a través de la Nunciatura Apostólica en Paraguay, anunció la concesión de la pérdida del estado clerical del ex obispo y Presidente electo de este país, Fernando Lugo.
En el comunicado con fecha de hoy y firmado por el Prefecto de la Congregación para los Obispos, Cardenal Giovanni Batista Re, se da a conocer el decreto de este dicasterio con el cual se le concede la pérdida del estado clerical al Presidente electo de Paraguay.
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En él decreto se recuerda que "Su Excelencia Mons. Fernando Armindo Lugo Méndez, S.V.D., Obispo Emérito de San Pedro, solicitó el pasado 18 de diciembre de 2006 la pérdida del estado clerical para presentarse a las elecciones a la Presidencia de la República del Paraguay".
Seguidamente, se precisa que "la Santa Sede, después de haber intentado disuadir a Mons. Fernando Lugo para que no se presentase como candidato a la Presidencia de la República (cf. CIC can. 285&2), lo ha suspendido del ejercicio del ministerio sacerdotal".
"La reciente situación que se ha creado con la elección de Mons. Fernando Lugo como Presidente de la República del Paraguay exige volver a considerar, por el bien del País y para que se distinga claramente y de modo definitivo entre el cargo de Presidente de la República y el ejercicio del ministerio episcopal, la petición que presentó en su día para que le fuera concedida la pérdida del estado clerical", prosigue el decreto.
Tras esta explicación, el decreto resalta que "en efecto, su aceptación del cargo de Presidente de la República del Paraguay no es compatible con las obligaciones del ministerio episcopal y del estado clerical".
"Así pues, habiendo examinado cuidadosamente todas las circunstancias, Su Santidad Benedicto XVI ha concedido para él la pérdida del estado clerical, con la consiguiente pérdida de los derechos inherentes al mismo, dispensándolo al mismo tiempo de los votos religiosos hechos en la Sociedad del Verbo Divino, de la obligación del celibato (cf. CIC can. 291) y de las demás obligaciones que el estado clerical comporta (cf. CIC can. 292)".
Finalmente, subraya el decreto, "el Sumo Pontífice exhorta al Señor Fernando Armindo Lugo Méndez a ser fiel a la fe católica en la que fue bautizado y a llevar una vida coherente con el Evangelio".
Al finalizar el comunicado, la Nunciatura en Paraguay confirma que "la actuación eclesial en el caso del Señor Fernando Lugo se ha debido exclusivamente a razones canónicas y pastorales" y recuerda que "la Iglesia, sin abdicar a su rol profético, continuará en sus relaciones con las Autoridades Civiles inspirándose en la Constitución Gaudium et Spes del Concilio Vaticano II, según la cual 'la comunidad política y la Iglesia son entre sí independientes y autónomos en su propio campo. Sin embargo, ambas, aunque por diverso título, están al servicio de la vocación personal y social de los mismo hombres'".