Durante el Te Deum con ocasión del aniversario de la independencia de Perú, el Arzobispo de Lima, Cardenal Juan Luis Cipriani Thorne, pidió al gobierno peruano resistir a las presiones internacionales que buscan cambiar las leyes del país para “atentar contra la vida y la familia”.
Durante la ceremonia en la Catedral de Lima, de la que participó el Presidente Alan García y numerosos ministros y congresistas, el Purpurado señaló que “la Iglesia defiende a la persona, hoy más que nunca, porque ve con preocupación algunas tendencias que tratan de limitar el valor inviolable de la vida humana misma, o de disociarla de su ambiente natural, como es el amor humano en el matrimonio y la familia”.
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El Arzobispo advirtió que “vemos que son cada vez más fuertes las presiones de ciertos grupos ideológicos para conseguir la legalización del aborto en los países de América Latina, entre ellos, el nuestro. Estos grupos minoritarios, haciendo mucho ruido mediático y con campañas millonarias del exterior, pretenden intimidar al ciudadano común y corriente, recurren a la liberalización de nuevas formas de aborto, bajo el pretexto de la ‘salud reproductiva’ y otros eslogan que llevan a la confusión”.
“Queremos recordar en esta solemne ocasión –dijo el Cardenal Cipriani- que el derecho a la vida es un derecho que debe ser reconocido por todos, porque es el derecho fundamental con respecto a los demás derechos humanos”.
El Cardenal advirtió que “algunos grupos del llamado primer mundo quieren utilizar los beneficios de la globalización para imponer la idea de que lo valioso en la vida se reduce a las transacciones de poder, dinero e influencia acontecidas en los ámbitos de la política, economía y comunicación social”.
El Arzobispo de Lima dijo que ante estas presiones “¡hay que decir que no!”, pues “esa visión reductiva es producto del materialismo práctico, que deshumaniza y maltrata la condición y dignidad de las relaciones humanas especialmente de las grandes mayorías”.
El Cardenal Cipriani concluyó la homilía invitando a medios de comunicación a “reflexionar sobre su responsabilidad en los tiempos actuales que impera una sociedad-espectáculo”.