El Primer Ministro de Australia, Kevin Rudd, anunció al despedir al Papa Benedicto XVI del país, que por primera vez en la historia de las relaciones diplomáticas, el embajador de esta nación oceánica ante la Santa Sede residirá en Roma; y ya no en Dublin en donde vive actualmente.
"Durante 35 años nuestros estados han gozado de excelentes relaciones diplomáticas, desde que el Primer Ministro que me ha antecedido, las estableció en 1973, Hoy anuncio que, por primera vez, Australia tendrá un embajador residente ante la Santa Sede en Roma", dijo Rudd en declaraciones recogidas por L'Osservatore Romano.
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El Primer Ministro dijo además que el primer embajador de Australia ante la Santa Sede será Tim Fisher, ex Primer Viceministro australiano. Así, dijo Rudd, "Australia se unirá a las otras 69 naciones que tienen un embajador ante la Santa Sede".
Seguidamente, Rudd comentó al Pontífice que "su visita ha sido muy importante para los católicos australianos, para la comunidad cristiana australiana, y de hecho, para todos los australianos. Su visita ha sido importante también desde el punto de vista de las relaciones entre Australia y la Santa Sede".
A continuación el Primer Ministro hizo votos para que, juntos la Santa Sede y Australia trabajen "por los grandes desafíos que encontramos en el mundo: los derechos humanos, incluidas las libertad política y religiosa en todo el mundo, la pobreza, la seguridad alimentaria, las ayudas humanitarias internacionales, la paz, el control del armamento y el desarme, el gran desafío del cambio climático y los otros grandes debates que tienen que ver con el futuro de nuestro planeta".
Actualmente el gobierno australiano cuenta con un embajador extraordinario y plenipotenciario ante la Sede Sede que no se encuentra en Roma, sino que reside en Dublin, Irlanda; en la Fitzwilton house en Wilton Terrace.