“No se por qué me eligieron pero le agradezco al Espíritu Santo por eso” fueron las palabras de Armando Cervantes, estadounidense de padres latinos, al preguntarle cuál fue la razón para que lo eligieran entre los jóvenes de todo el mundo para disfrutar de un almuerzo con el Papa en su estadía durante le JMJ 2008 en Sydney.
“Me llamaron de la conferencia episcopal preguntarme si quería almorzar con el Papa y obviamente acepté la invitación”, relató Armando a ACI Prensa.
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Armando, junto con otros 11 jóvenes de Estados Unidos, Australia, España, Papua Nueva Guinea, Timor Oriental, Nigeria, Congo, Brasil, Francia, Australia y Corea, tuvo la suerte de ser elegido para disfrutar de un almuerzo con el Papa en la Casa de la Catedral de Saint Mary el viernes a mediodía en el marco de la JMJ 2008.
“Estábamos los doce parados afuera, nerviosos sin saber qué decir. Nos dijeron que estaríamos con el Papa en pocos minutos y cuando apareció nos llenamos de alegría”.
“Fue como un Padre, queriendo escucharnos y saber de nuestras vidas -describió Armando -. Sólo quería saber de nosotros. Quería enterarse qué hacíamos, qué estudiábamos, qué hacíamos en la Iglesia; quería genuinamente conocer de nuestras vidas”.
El joven describió su experiencia como la de estar en familia: “parecía que fuéramos una familia sentada a la mesa, cada quien hablando de lo que hace”.
Contó que el Papa habló todo el tiempo en inglés pero cuando se dirigía a cada uno lo hacía en portugués, español y francés, según el idioma del país del que provenía el joven.
“Una de las cosas que me impresionó más es que uno de ellos le preguntó si podíamos salir a darle nuestros regalos y él dijo: “Yo estoy preparado y dispuesto a ir a donde los jóvenes vayan”.
"Hay un amor profundo que tiene hacia los jóvenes y aunque no nos conociera, estaba listo para conocernos, para amarnos, para rezar por nosotros”.
Por su parte, Fidel Mateo Rodríguez, de 25 años, quien fue elegido como representante de España, describió la experiencia como”conmovedora”. "Básicamente nos ha escuchado, sobre nosotros, nuestra vida y preocupaciones”, dijo a ACI Prensa, tras mencionar que el Papa se mostró interesado en la situación de Asia y Africa.
Al preguntarle por el momento más especial del almuerzo no dudó en decir: "la entrega de regalos". Él le llevó un Rosario en plata de Salamanca, y una imagen del Apóstol Santiago de Compostela. “Fue un momento muy cercano”. Dijo que el regalo más original fue un gorro de Mickey Mouse que le dio la delegación de Estados Unidos. “No se lo ha puesto, pero lo ha acogido con mucha gracia”, dijo mientras sonreía.