El Arzobispo de Valencia, Cardenal Agustín García-Gasco, recordó que la dignidad humana "no se subordina a las decisiones de los Estados particulares, ni a las costumbres locales, ni a ninguna propuesta ideológica", sino que es propia de la persona, creada a imagen y semejanza de Dios.
En su carta semanal, el Purpurado destacó la pertinencia de reconocer la dignidad humana en momentos en que se "reconocen derechos para los animales", pero se dejan "sin derechos al ser humano en su fase embrionaria y prenatal".
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"Todos hemos sido embriones, todos hemos desarrollado nuestra vida bajo el corazón de nuestra madres, todos hemos recibido los cuidados necesarios para llegar a ser lo que somos", recordó el Cardenal.
El Arzobispo de Valencia señaló que es positivo proteger la naturaleza y a los animales, "pero eso no les convierte en miembros de la familia humana". Explicó que "la igualdad de derechos inalienables es propia del ser humano" y que ello es "la lógica de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y de nuestra Constitución".
Indicó que el reconocimiento que hacen ambos documentos "encuentran un complemento en la acción evangelizadora de la Iglesia", pues "el anuncio del Evangelio va unido a una mirada nueva que afirma la dignidad a cada ser humano", sin importar raza, edad, sexo o condición social y cultural.
"La dignidad de la persona humana queda plenamente revelada al considerar que el Amor trinitario es el origen y la meta de la persona humana y de su vocación al amor.
Jesucristo ilumina la dignidad y la libertad personal del hombre y de la mujer y la sociabilidad humana en toda su profundidad", afirmó.
En ese sentido, señaló que "la revelación cristiana y su aplicación a los derechos de las personas protege a los más débiles". Advirtió que "ignorar los derechos humanos de los más débiles nunca puede ser un progreso", sino "un retroceso hacia las etapas más oscuras de la historia humana, en las que los más fuertes imponían su violencia sobre los más débiles".
"La Declaración Universal de los Derechos Humanos quiso poner fin a esas etapas oscuras. Los católicos debemos ser sensibles a poner en práctica la cultura de la vida y ofrecer soluciones de vida y esperanza a todas las personas y especialmente a las que se encuentran en situaciones difíciles", alentó.
El texto completo puede leerse en http://www.archivalencia.org/contenido.php?pad=81&modulo=42&id=1364&v=41&id_autor=2