El Presidente del Pontificio Consejo para la Cultura, Mons. Gianfranco Ravasi, señaló que la lectura maratónica de la Biblia en la que participará el Papa Benedicto XVI en el mes de octubre y que será transmitida por la cadena italiana RAI, busca " volver a llegar al corazón y las mentes de las mujeres y hombres de hoy".
En un artículo titulado "Para recuperar un tesoro de cultura y de fe", el Arzobispo indicó que "la lectura integral de la Biblia en las cámaras de televisión italianas es sin duda un acontecimiento espiritual y cultural de gran sugestión que tendrá ciertamente un notable impacto mediático a nivel internacional. Sucederá a partir del próximo 5 de octubre y el primer lector será el Papa Benedicto XVI quien, en directo, leerá el primer capítulo del Génesis".
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Tras describir que "recientes encuestas han permitido ver un cuadro preocupante –en diversos países del mundo– de un siempre más escaso conocimiento de las Escrituras hebreas y cristianas y la pérdida de la familiaridad, también física, con un texto que ha acompañado en los siglos la vida cotidiana de las personas", Mons. Ravasi explicó que esto consiste "un empobrecimiento espiritual y cultural del que todos, creyentes y no creyentes, deberían sentirse responsables".
"La iniciativa que comenzará en octubre –en coincidencia con la apertura de la asamblea sinodal sobre la Palabra de Dios– se propone para multiplicar de manera exponencial los efectos benéficos de la recuperación de tal tesoro cultural y de fe", dijo luego precisando también que esto será "un volver junto a la fuente de las Escrituras para reproponerla al gran público como signo de esperanza para el mundo de hoy".
Seguidamente el Presidente del Pontificio Consejo para la Cultura dio algunos detalles de esta interesante iniciativa: "la lectura –que se dará en la Basílica de la Santa Cruz de Jerusalén y será transmitida en directo por la RAI– prevé la división del texto sacro en secciones de sentido completo para un total de 1162 lecturas insertadas en 46 unidades de tres horas de duración con intervalos de 15 minutos de reflexión en silencio. Una pantalla gigante colocada fuera de la Basílica permitirá seguir la lectura".
Finalmente comentó que "la Biblia hace que quien la lee y la escucha participe de su actualización y encarnación. Un texto, y en particular el bíblico, tiene su propia apropiación por parte de los lectores que lo hacen 'explotar' en todas sus potencialidades y riquezas a través de la intuición literaria, ascética, mística y teológica".