El Arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, Mons. José María Arancedo, destacó en su reflexión semanal radial que "el Año Jubilar Paulino es un año de gracia en el que la Iglesia nos invita a acercarnos a Jesucristo para participar de la vida de Dios. Para esto he venido, nos dirá el Señor, para que el mundo tenga vida".
El Prelado recordó que "esta Vida no depende de nosotros, sino que la recibimos como gracia; pero sí hay algo que nos corresponde. Dios no ha creado robots, ni autómatas, sino hombres y mujeres libres, esto significa que la llave para abrir nuestro corazón está en nuestras manos. La grandeza del amor de Dios al crearnos libres es el fundamento de nuestra dignidad y responsabilidad".
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Tras precisar que "esto es importante tenerlo en cuenta, porque la gracia que nos trajo Jesucristo y que la Iglesia nos predica y ofrece, necesita de nuestra colaboración", el Arzobispo explicó que "la Iglesia, fundada por Él y depositaria de su mensaje de vida es para nosotros el lugar, es decir, el sacramento o mediación que Cristo nos ha dejado para comunicarnos el fruto de su Pascua. Por ello la Iglesia es nuestra Madre".
"En este contexto el tema de las indulgencias del año jubilar se nos presentan como un diálogo de purificación y de gracia entre Dios y sus hijos, a quienes él acompaña a través de su Iglesia", añadió.
"Tratemos de vivir este Año Jubilar Paulino como un tiempo de reflexión, de gracia y conversión. La figura y el mensaje del apóstol nos presentan una riqueza que debemos aprovechar para nuestra vida personal, pero también para fortalecer la vida misionera de nuestras comunidades. Por ello los invito a acercarse a sus parroquias o comunidades, donde podrán encontrar la información y el material necesario que les permita vivir este año de renovación espiritual", culminó.