El Nuncio Apostólico en el Perú, Mons. Rino Passigato, señaló que "todos estamos llamados a ser evangelizadores, anunciando a Jesús a un mundo que lo necesita" pues esto le da "sentido de la vida, la fuerza para el bien, el gozo en el servicio, la plenitud del infinito" y permite la "comunicación del amor inmenso de Dios".
Al recordar la figura del Apóstol de Gentes, en una Eucaristía por el inicio del Año Paulino, el Arzobispo indicó que San "Pablo, el pecador convertido, ha sido y es una de las grandes estrellas de la evangelización" y siguiendo su ejemplo todos "sea cual sea nuestro pasado, justo o pecador, todos estamos llamados a ser evangelizadores".
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"Anunciar a Jesús es la primera y esencial misión de la Iglesia, para esto Cristo se hace presente en ella hasta el fin del mundo: para seguir presente entre los hombres con su palabra y sacramentos de salvación", aseguró en su homilía en la Catedral de Lima.
Asimismo, Mons. Passigato afirmó que "la Iglesia estaría de sobra en el mundo si no le diese a Jesucristo, si no proclamara a todos su mensaje, si no siguiera perdonando los pecados y comunicando a los hombres la vida divina con el Bautismo y los demás sacramentos. ¡Ay de la Iglesia si no evangeliza!".
En otro momento, lamentó la falta de oración que se vive en la Iglesia y pidió a los feligreses que busquen comunicarse con Dios pues "hoy la Iglesia y la humanidad necesitan más oración". Es "preciso que cada hombre y cada mujer ore más; que se ore más en las familias" en las escuelas y en los lugares de trabajo, añadió.
Tras recordar que "sin la oración no hay vida en Cristo", el Nuncio Apostólico en el Perú hizo votos para que "este Año Paulino sea un año de gracia, un año de fe y de esperanza" en el que "Cristo se posesione definitivamente de todo nuestro ser, de nuestras familias, de nuestras parroquias y comunidades, de nuestro querido Perú y del mundo entero, redimido por su preciosísima sangre".
La Celebración Eucarística fue presidida por el Arzobispo de Lima, Cardenal Juan Luis Cipriani Thorne, y concelebrada por el Nuncio Apostólico, Mons. Rino Passigato.