El Papa Benedicto XVI recordó que "la Eucaristía no es una comida entre amigos" sino "un misterio de alianza", al dirigir la homilía, transmitida vía satélite desde el Vaticano, a las miles de personas que participaron en la Misa de clausura del 49º Congreso Eucarístico Internacional (CEI) celebrado en Québec, Canadá.
El Papa advirtió que "estamos llamados a entrar en este misterio de alianza, conformando cada vez más nuestra vida con el don recibido en la Eucaristía".
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El CEI se celebró en Canadá del 15 al 22 de junio. La Celebración Eucarística final fue presidida por el Cardenal Jozef Tomko, legado pontificio, Presidente Emérito del Pontificio Comité para los Congresos Eucarísticos Internacionales.
Comentando el tema del congreso, "La Eucaristía, don de Dios para la vida del mundo", el Santo Padre dijo que "la Eucaristía es nuestro tesoro más precioso. Es el sacramento por excelencia; contiene todo el misterio de nuestra salvación; es la fuente y la cumbre de la acción y de la vida de la Iglesia".
"Por tanto, es particularmente importante que los pastores y los fieles profundicen permanentemente en este gran sacramento. Así, cada uno podrá fortalecer su fe y cumplir cada vez mejor su misión en la Iglesia y en el mundo, recordando la fecundidad de la Eucaristía para la vida personal, para la vida de la Iglesia y del mundo", indicó.
Benedicto XVI señaló que "la participación en la Eucaristía no nos aleja de nuestros contemporáneos; al contrario, al ser la expresión por excelencia del amor de Dios, nos llama a comprometernos con todos nuestros hermanos para afrontar los desafíos presentes y para hacer que el planeta sea un lugar agradable".
"Para esto, tenemos que luchar sin cesar para que toda persona sea respetada desde su concepción hasta su muerte natural, que nuestras sociedades ricas acojan a los más pobres y les devuelvan toda su dignidad, que toda persona pueda alimentarse y hacer vivir a su familia, que la paz y la justicia brillen en todos los continentes", agregó.
El Papa manifestó el deseo de que este Congreso sea un llamamiento a todos los fieles a "una renovación de la catequesis eucarística, de modo que adquieran un conocimiento auténtico de la Eucaristía y a su vez, enseñen a los hijos y a los jóvenes a reconocer el misterio central de fe y construir sus vidas en torno a él".
Asimismo, exhortó a los pastores y fieles "a una atención renovada de la preparación para recibir de la Eucaristía", y dijo que "a pesar de nuestra debilidad y de nuestro pecado, Cristo quiere poner en nosotros su morada. Por eso, tenemos que hacer todo lo posible para recibirle con un corazón puro, volviendo a encontrar sin cesar, a través del sacramento del perdón, la pureza que el pecado ha ensuciado".
Benedicto XVI recordó que "el pecado, sobre todo el pecado grave, se opone a la acción de la gracia eucarística en nosotros. Por otra parte, quienes no pueden comulgar a causa de su situación, encontrarán en la comunión de deseo y en la participación en la Eucaristía una fuerza y una eficacia salvadora".
El Papa invitó a pedir a Dios que envíe nuevos sacerdotes a la Iglesia y a transmitir esta invitación a los jóvenes, "para que acepten con alegría y sin miedo responder a Cristo. No quedarán decepcionados. Que las familias sean el lugar primordial y la cuna de las vocaciones".
Antes de concluir, el Santo Padre invitó a todos a unirse a él "mediante la oración por el éxito del próximo Congreso Eucarístico Internacional, que se celebrará en el año 2012 en la ciudad de Dublín".