En ocasión de sus 25 años como obispo y a manera de despedida de su puesto de Vicario del Papa para la Diócesis de Roma, el Cardenal Camillo Ruini presidió una Misa en la Basílica de San Juan de Letrán en la que dejó un "pequeño testamento" en el que alentó el desafío de la evangelización para que todos "sepan mirar el mundo y la vida con los ojos de la fe, y así no se aflijan 'como los otros que no tienen esperanza'".
Según informa L'Osservatore Romano, el también Arcipreste de la Basílica de San Juan de Letrán recibió la ordenación episcopal el 29 de junio de 1983 en la localidad italiana de Reggio Emilia. En su homilía de hoy agradeció las emotivas palabras del Papa Benedicto XVI en la carta que le envió por sus bodas de plata episcopales.
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Seguidamente el también ex Presidente de la Conferencia Episcopal Italiana agradeció al Siervo de Dios Juan Pablo II haberlo nombrado Vicario para la Diócesis de Roma en 1991 y comentó que "en todos estos años he recibido un don muy grande de Roma misma, Roma Diócesis y Roma ciudad: este don lo he entendido un poco cada vez más. Terminado mi servicio de Cardenal Vicario confío ahora gustarlo y atesorarlo todavía mejor, devolviéndoselo a ustedes en los años que me quedan con la memoria y la oración".
Luego de hacer un breve recuento de lo que significa servir en la Iglesia como Obispo, recordando que es muy importante para quienes son llamados a este servicio es el "amor por este oficio", el Cardenal Ruini dijo que "el pequeño testamento que quisiera dejar a la Diócesis de Roma es éste: Miremos el gran desafío que hoy debemos afrontar. Sepamos dar cuenta, no nos escondamos frente a él, busquemos aprovecharlo en su fuerza, densidad, omnipresencia, capacidad de penetración, en su capacidad y atractivo que ejerce especialmente en las nuevas generaciones".
A continuación, el Purpurado de 77 años de edad que celebrara también en San Juan de Letrán hace 4 años sus bodas de oro sacerdotales, precisó que hace falta mirar este desafío de evangelización "con ojos desencantados y al mismo tiempo penetrantes, con los ojos de la fe, que son necesariamente distintos y también más penetrantes respecto a la mirada solamente de lo humano".
"Con la luz de la fe podemos intuir la realidad profunda del hombre, en la que Dios está presente para atraer a sí y orientar a Cristo las personas y la historia", destacó.
"Me atrevo a decir que Dios sigue atrayendo hacia sí y en modo especial a esta nuestra ciudad de Roma, como tantas veces en estos años he podido constatar. Desde mi lugar, si el Señor lo permite, quisiera seguir trabajando, en una forma distinta, para que los romanos y los italianos de hoy sepan mirar el mundo y la vida con los ojos de la fe, y así no se aflijan 'como los otros que no tienen esperanza'", dijo el Cardenal.
La prensa italiana menciona como sucesor del Cardenal Ruini en la Diócesis de Roma al Cardenal Agostino Vallini, actual Prefecto del Supremo Tribunal de la Signatura Apostólica.