El Obispo de San Cristóbal, Mons. Mario Moronta, señaló que la vocación del cristiano es "poner las manos en el arado y hacer el trabajo del Reino"; lo cual implica "asumir la invitación del Señor para así alcanzar cada día la plenitud".
Sin embargo, el Prelado advirtió que en la actualidad, "al creyente se le presentan muchas tentaciones y distracciones que pretenden desviar la atención y la mirada de fe".
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"Hoy, el materialismo, así como un falso concepto de Dios invaden el entorno del creyente para distraerlo e invitarlo, en forma seductora a ir por el camino fácil que puede conducir más a la perdición que a la plenitud de la salvación", señaló.
Mons. Moronta llamó a tener claro que el creyente "vive en el mundo pero no es del mundo", siendo también conciente "de que el camino no es nada fácil ni color de rosas".
"Tomar en serio que en nuestras manos está el arado significa tener esperanza. Esta no consiste en aguardar que otro tome el arado o que llegue alguien con un tractor o que se dé una ayuda externa y hasta milagrosa. No. El mismo Dios que nos da el arado, nos concede su fuerza para hacer el trabajo", explicó.
El Obispo afirmó que Dios "nos alienta y nos da su gracia para poder superar los problemas y caminar en comunión con Él y con los demás hacia la plenitud. Por eso, creer implica esperar y amar".
En ese sentido, indicó que "si Abraham esperó contra toda esperanza, a los creyentes y discípulos de Jesús les corresponde también amar con todas las fuerzas de su corazón, creer con total intensidad, sabiendo que con las manos en el arado estamos labrando la salvación de muchos y la propia de cada uno".